—¡Tierra llamando a Tae! ¿Hay alguien allí?– Jimin movió la mano frente al rostro de su amigo quien parecía suspendido en un limbo.
Taehyung suspiró y desvió la mirada hacia el peliazul frente a él. De pronto su ensoñación desapareció cuando notó el rostro golpeado de Jimin.
—¿Qué te pasó?– preguntó alarmado, tratando de recordar en qué momento había llegado su amigo hasta la cafetería donde ahora se encontraban.
—Nada grave, solo un cliente un poco pesado– Jimin le resto importancia al asunto y sonrió, su labio inferior estaba hinchado y herido. —Mejor dime qué te pasa a ti, estás en las nubes. Ni siquiera te diste cuenta de que llegue.
Taehyung recorrió a Jimin con preocupación. Su amigo solía elegir clientes bastante problemáticos, no era la primera vez que alguno de esos hombres se pasaba de listo y terminaba golpeandolo. De hecho en una ocasión Jimin fue golpeado hasta el punto de perder la consciencia y mientras estaba en ese estado el tipo había abusado de él. Al despertar había entrado un poco en pánico porque imaginó que el imbécil no se había preocupado en usar preservativo. Taehyung había tenido que acompañar a Jimin a que se realizara exámenes médicos para descartar infecciones o algo peor. Por suerte Jimin estaba limpio.
—¿Has ido al hospital?
—Estoy bien, Tae– Jimin sonrió con burla —las he tenido peores. Además no fue tan malo, el tipo me pagó el doble.
Taehyung negó con la cabeza mientras Jimin aplaudía.
—¿Entonces? ¿Por qué tan soñador? Te escuché suspirar como ocho veces antes de que notaras mi existencia.
Taehyung se sonrojó.
—Bueno... No lo sé. Puede y solo puede que me guste una persona ¡pero solo un poquito!– explicó con pena.
Jimin frunció el ceño, no parecía feliz de escuchar eso.
—Tae, no te ofendas pero nadie suele tomarnos en serio a los tipos como tú y como yo. Ya sabes, no tenemos buena reputación.
—Lo sé. No es como si fuera a confesarle algo como eso, además no quiero que deje de pedir mi servicio– Taehyung esbozó un puchero.
—¡¿Cómo?!– Jimin alzó la voz —¡¿es un cliente?!
Taehyung asintió, ahora parecía mas bien avergonzado y tímido.
—TaeTae ¡no! Ya sabes lo que opino de involucrarse con los clientes. No confundas el calor del sexo con sentimientos como "el amor" y "el cariño". Eso no existe cuando hablamos de los hombres a quiénes dejamos follarnos por dinero.
Taehyung sabía que podría estarlo confundiendo todo pero simplemente no podía negar que algo en él se había removido y encendido desde aquella noche con Jungkook. Sonrió de tan solo recordar que ahora sabía su nombre.
Habían pasado dos semanas desde entonces y ahora el pelinegro solía solicitar su servicio demasiado seguido. Se veían cuatro veces a la semana y siempre se quedaba tiempo extra con él. Las cosas empezaban a escalar demasiado rápido, lo había notado desde días antes cuando estuvo a punto de gritarle que lo quería justo cuando alcanzó el orgasmo. Habría sido la peor estupidez de la existencia.
—Debes acabar lo que sea que estés teniendo con ese tipo lo antes posible o se volverá doloroso– insistía Jimin.
Taehyung sintió que su pecho dolía. No podía imaginar el terminar las cosas, pero su amigo estaba en lo cierto. Esas últimas dos semanas incluso se había negado a atender a otros clientes con tal de estar disponible siempre para Jungkook pero sobre todo porque no se sentía de humor para dejarse follar por otra persona. Era estúpido. Sin duda necesitaba acabarlo todo.
—De hecho, he estado pensando en acabar con esta vida, ya sabes, conseguir un trabajo de verdad– confesó.
Jimin parecía muy sorprendido.
—¿Hablas en serio?–.
—¿No crees que pueda? La verdad es que no seré joven toda la vida y dejarme usar como agujero por dinero es... Quiero decir, estaba bien cuando era más joven e idiota y quería dinero fácil pero ahora...
—Claro que puedes. No importa lo que decidas yo te apoyaré, solo hazme un favor y no te ilusiones demasiado con ese hombre ¿si? No quiero que sufras– Jimin le sonrió.
Taehyung lo sabía mejor que nadie. Las relaciones con sus clientes no eran para siempre.
°×°×°×°×°
Jungkook estaba sentado a la orilla de la cama tras dos rondas de sexo. Taehyung observaba su espalda tatuada sintiendo una especie de Déjà vu.
—Ya no recibiré mas clientes– comentó finalmente luego de pensarlo tanto tiempo. —Pienso dejar esta vida y encontrar un trabajo de verdad.
No hubo respuesta, Jungkook ni siquiera se movió. El pecho de Taehyung se apretó un poco, decaído.
—Así que lo siento pero ya no podré verte– concluyó —pero si quieres puedo darte el número de un amigo. Él es realmente bueno y muy, muy hermoso. Te puedo asegurar que será el hombre más hermoso que puedas conocer en tu vida–.
Jungkook dio una calada a su cigarrillo antes de asentir.
—De acuerdo– respondió.
Taehyung sintió algo amargo en su garganta. El pelinegro no estaba afectado por sus palabras e incluso había aceptado fácilmente su propuesta. Nada. No había nada ahí para Taehyung, solo un cliente con quien la pasaba mejor que con otros.
—Bien– asintió, dejando ir la sensación de decepción o al menos tratando.
Salió de la cama y empezó a buscar su ropa intentando lucir alegre y coqueto como de costumbre, sonriendo. Notó a Jungkook buscando su billetera y lo detuvo.
—Esta vez corre a cargo de la casa– se apuntó a si mismo —considéralo un obsequio de despedida.
Jungkook clavó su mirada en él, tan intensa como siempre. Taehyung desvió su propia vista sin ser capaz de sostenerla y caminó a la puerta no sin antes dejar un pequeño trozo de papel con el número de Jimin escrito en él.
—Llámalo– dijo, antes de cerrar la puerta tras él.
Suspiró con dolor y pesar y se alejó por el pasillo rumbo al ascensor. Sabía que había hecho lo correcto, el dolor que sentía en ese momento pasaría y dentro de poco le parecería hasta divertido.
Esperó hasta que las puertas del elevador se abrieron y pasó al interior presionando el botón de la planta baja. Sus ojos se fijaron en el corredor como si esperara algo, cualquier cosa. Sentía su corazón golpear fuerte contra su pecho mientras las puertas metálicas se cerraban nuevamente y entonces lo vio, Jungkook salía de la habitación.
Rápidamente detuvo las puertas sintiendo que un grito se escapaba de sus labios por muy poco. Sabía que no debía estar emocionado pero en el fondo no podía evitarlo.
Jungkook giró hacia el ascensor y caminó en esa dirección alzando la mirada para encontrarse con la de Taehyung.
—Te vestiste rápido– comentó con tono burlón una vez que el pelinegro pasó al interior junto a él.
—Tengo hambre– respondió Jungkook, sin inmutarse.
Taehyung soltó una risita, sus labios estirándose más de la cuenta, se sentía como un idiota pero un idiota muy feliz. Ni siquiera tenía motivos para alegrarse, al salir de ahí Jungkook tomaría su camino y él seguiría el suyo completamente opuesto. Solo que no fue exactamente así.
—Vamos a cenar– exclamó Jungkook apenas salir del ascensor.
—¿Ahora?–.
—¿Cuándo más? ¿Tienes otros planes?– Jungkook alzó una ceja y Taehyung negó —entonces vamos. Ya que no me dejaste pagarte entonces al menos déjame invitarte a cenar.
Taehyung no pudo evitar emocionarse de nuevo, ingenuamente. Aquello sonaba casi como una cita, solo que no lo era o al menos seguro no lo era desde el punto de vista de Jungkook.
—De acuerdo– respondió finalmente, decidiendo que de hecho le parecía increíble poder pasar sus últimas horas con Jungkook haciendo cosas comunes y corrientes y no encerrados en una habitación de motel.
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𝒞𝒶𝓁𝓁 ℳℯ 💋 kooktae
Fanfic«-Llámame- agregó por último, utilizando su bálsamo de cereza para humectar sus labios antes de besar la hoja.» Dónde Taehyung cree haber encontrado el amor en la persona incorrecta. Jeon Jungkook no era para él, porque ese pelinegro serio y poco e...