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- Erick, ¿de que estás hablando? - Le pregunté, sacudiendo la cabeza.

Mierda, yo debí haber escuchado a Erick en primer momento que me dijo que teníamos que hablar, de esa manera no habría irrumpido por la puerta y no nos hubiera atrapado a Christopher y a mi juntos.

- Dani, hay algo que tengo que decirte - dijo lentamente, dando un paso hacia adelante. Me agarró la mano en la suya, pero se apartó. Yo estaba tan confundida, que no entendía lo que estaba pasando. No podría haber hecho nada malo, ¿verdad? Erick y Christopher ni siquiera se conocen

- ¿Qué? - Le pregunté, y cuando él no respondió, le pregunté de nuevo - Erick, ¿qué tienes que decirme?

- ¿Quieres sentarte? - Preguntó, tratando de llegar a mí de nuevo. Solo retrocedí un poco más, hasta la barandilla de la escalera. Me tambaleé hacia atrás, para encontrar un lugar en las escaleras para sentarme.

- ¿Es realmente tan malo? - Tragué saliva, no estaba segura de cómo me tendría sentir acerca de todo esto. No todos los días uno de sus mejores amigos llega a tu puerta diciendo que ha hecho algo malo a uno de tus otros amigos.

- Es malo, Dani, es bastante malo - asintió. Se frotó las manos por la cara que se veía muy pálida. Parecía que se iba a enfermar, y casi quería decirle que sólo tenía que ir a casa y volver cuando se sintiera mejor. Parecía aterrorizado, y lo que fuera que tenía que decirme tenía haber sido peor de lo que pensaba. Allí estaba yo, pensando que él estaba a punto de quejarse de Taylor, cuando en realidad había algo mucho más grande pasando.

- Sólo dime, Erick, por favor - Le rogué. Podíamos terminar con esto ahora, ya que estaba muy interesada y preocupada por él como para detenerlo ahora.

- Dani, por favor, promete que no me vas a odiar - dijo arrodillándose delante de mí. Estaba a punto de llorar, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras me miraba.

- Yo nunca podría odiarte, quiero ayudar, sólo dime que pasó - Dije, asintiendo con la cabeza un par de veces para animarle a hablar. Era verdad, no importaba lo horrible que fueralo que tenía que decirme, yo nunca sería capaz de odiarlo. Erick había sido mi amigo desde hacía más de tres años, no iba a dejar que uno de sus pequeños errores terminan la amistad.

- Christopher odia... - la voz de Erick se rompió y él tomó un segundo para pensar antes de hablar de nuevo - me odia, porque yo estaba en el accidente que mató a su hermana.

- ¿Qué? - grité, sin darme cuenta de que había asustado a Erick por mi arrebato.

A lo largo de toda esta cosa, ni una sola vez sospeché que Erick era parte del accidente que había matado a Lilly, pero ahora todo tenía sentido para mí. Por eso actuó de manera extraña cuando presenté a Joel, o cuando Richard lo invitó a sentarse con nosotros en el almuerzo. Y cada vez que él y Joel estaban cerca las cosas se ponían muy raras, y Christopher ni siquiera podía mirar a Erick. No puedo creer que haya sido tan estúpida como para no ver nada de esto antes.

- ¿Cómo? - Pregunté, tratando de mantener la calma. Aunque me sorprendió que Erick hubiera hecho esto, estaba más confundida que enojada y molesta de que Joel no me hubiera dicho. Dijo que todo era culpa suya, no entiendo por qué él quería tomar toda la culpa cuando había claramentealguién más.

- Fue a principios del verano, ¿sabes? - comenzó tragando de nuevo - Fue temprano en la mañana y yo volvía a casa porque me encontraba con Taylor. Estaba demasiado borracho para incluso estar caminando, mucho menos conduciendo, pero ella quería que me fuera porque estábamos peleando, y no creo que a ella le importara. todavía no creo que a ella le importe...  De todos modos, yo estaba conduciendo y estaban Joel y Lilly, bueno sabes su versión de los hechos ya, ¿no? - Preguntó. Se secó los ojos con el dorso de sus manos otra vez, y me sentí mal, una vez más por hacer que me diga esto.

07:10 | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora