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Después de despertar en la mañana de Navidad y tomar una ducha larga, todavía era obvio que había llorado hasta quedarme dormida la noche anterior. Mis sentimientos fueron heridos, obviamente, por mis padres y también a causa de Joel. No le dije a ninguno de ellos, porque no quería arruinar el día. Yo sabía que había dicho antes que no me importaba la Navidad, pero eso fue antes de que tuviera que pasarla completamente sola.

Me acurruqué en el sofá y miraba al frente de mí, tratando de encontrar algo que hacer hoy, cuando alguien llamó a la puerta. Inmediatamente me levanté y corrí hacia esta, tendiendo la esperanza de que fuera Joel que venía a pasar el día conmigo.

Si había hablado con él después de la última vez que lo vi, pero no habíamos estado juntos ni pasamos el rato. Supongo que sólo necesitaba un poco de tiempo lejos de él. Él no hizo nada realmente malo, y yo no quería empeorar las cosas por lo emocional que estaba por esto. Estaría bien en un par de días, y luego las cosas podrían volver a la normalidad.

Cuando abrí la puerta no estaba Joel parado allí, era Christopher. Vestía muy bien, como si hubiera estado en una iglesia o en algún evento agradable antes de venir aquí. Se puso de pie frente a mí, con las manos en los bolsillos, balanceándose hacia adelante y hacia atrás sobre sus talones.

- Hola - Dije, con mi voz ronca de no usarla por un tiempo.

- Aw, Dani - Christopher suspiró entrando y cerrando la puerta tras de él. Se dio cuenta de que había estado llorando, todo el mundo probablemente sería capaz de notarlo sin importar lo mucho que tratara de ocultarlo.

Chris se acercó y envolvió sus brazos alrededor de mis hombros. No lo abracé de vuelta por un segundo porque estaba asustada de que iba a empezar a llorar y arruinaría su linda camisa, pero al final él agarró mis manos y las envolvió alrededor de su cintura. Finalmente se alejó después de unos minutos, dejando un pequeño beso en mi frente.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - Le pregunté - ¿No debías ir con Joel a la casa de su madre?

- Bueno, todos estábamos listos para ir y luego, una mierda sucedió así que me fui, Joel y su papá se fueron, sin importarles dónde estaba. Está bien - explicó.

- Toda esa mierda, ¿qué fue? - Cuestioné.

- Él y su padre, solo no dejaban de pelear. Primero fue esa discución sobre el auto, ya que Joel estaba cómodo con sacarlo pero yo no. Entonces él estaba fumando y su papá se enojó con él , ahí es cuando me alejé - asintió - Todo el mundo está tan estresado hoy

- ¿Has venido directamente aquí? - Le pregunté, caminando de regreso a la sala y sentándome de nuevo. Christopher siguió de cerca detrás de mí y se sentó a mi lado en el sofá, cruzando las piernas una sobre la otra.

- No, me fui a la casa de Camila en primer lugar - rodó los ojos, haciéndome saber que él no había tenido un muy buen momento allí.

- ...¿Y?

- Ella me dijo que la dejara en paz por ahora. No sé lo que pasó. Está bien, no sé si las cosas con ella van a funcionar de todos modos - se encogió de hombros, aunque me di cuenta por la forma en que hablaba de que estaba herido, al igual que yo.

- ¿Has hablado con ella? ¿O todavía tratando el método de follártela en silencio? - Me reí en voz baja, por primera vez en mucho tiempo.

- Yo, eh, yo hablé con ella la otra noche. Ya sabes, cuando te pedí que Joel estuviera fuera de la casa - dijo, alzando su mano para alborotar su cabello.

- ¿En serio? - Dije con entusiasmo - ¿Qué dijiste?

- Bueno, como que gemí, supongo que soy ruidoso, y dije su nombre - rió nerviosamente, tratando de no mirarme directamente a los ojos.

07:10 | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora