Cuentos de Athy y Lucas

Caperucita y el lobo

Había una vez una niña de 13 años muy hermosa llamada Athanasia, su pelo era rubio y sus ojos tan azules como una joya, los cuales sirven para diferenciar a alguien interesado de alguien de buen corazón, pues su comportamiento es raro al ver sus ojos. Su belleza era tal, que su padre, el jefe del pueblo, no la dejaba salir de su pequeña y acojedora casa cerca del bosque. Cada chico del pueblo en dónde vivían, anhelaba con ver la belleza de la joven de la que tanto hablaban, por ello siempre llegaban cartas a la casa de Athanasia invitándola a tomar el té. Su padre muy enojado no dejaba que nadie la viera ni mucho menos tocara, por eso le regaló una capucha de color rojo, para así evitar que ojos codiciosos mirarán a su amada hija.

Un día Claude, el padre de Athy, le pidió el favor de llevarle una canasta con fruta, pan, galletas y mermelada a su tía Lily que se encontraba enferma, quien vivía al otro lado del pueblo. Él le permitió salir porque ha estado mucho tiempo encerrada y aburrida, además no tendría que pasar por el pueblo donde estaban esos odiosos muchachos porque había un atajo por el bosque.

-Athanasia, recuerda lo que te diré
-¡Si, papi!-dice feliz Athanasia
-Sigue el único sendero que cruza el bosque con mucho cuidado. No te distraigas ni mucho menos hables con extraños.
-¡Si papá. Athy está emocionada por ver a la tía Lily a Hanna y a Seth, y también al tío Félix!
-Y Cuando te devuelvas vienes con Félix. ¿Entendido?
-Si papá.Ya voy saliendo- Athy se acerca y se despide con un beso en la mejilla a su padre Claude. Éste le coloca la capucha y con ella cubre su cara y ojos.
-Recuerda, nadie puede ver tus ojos, porque pueden usarte para ser jefe del pueblo. Ya te puedes ir.

Athanasia muy feliz empieza su camino hacia la casa de su tía Lily al otro lado del pueblo a través del bosque. Tarareando feliz caminaba dando saltitos y meciendo su canasta durante su recorrido. Antes de llegar a una división del sendero, que se unen más adelante volviendo a ser un solo camino, una voz masculina llamo la atención de la joven.

-Oye, capucha roja, se te calleron estas galletas- Athanasia volteo a buscar las galletas. Curiosa levantó la vista para ver de quién provenía esa voz, unos ojos rojos tan intensos como los rubí capturaron su atención, por un momento se lo olvidaron las galletas. El joven de ojos rojos y pelo negro tenía unas orejas prominentes sobre su cabeza y una colita esponjosa saliendo de su espalda baja.

-Que lindo...- murmuró por lo bajo la Caperucita, pero nuestro joven lobo con su buen oído se sonrojó por las palabras. Le extendió la mano con la bolsita de galletas y cuando Athanasia las iba a recibir el lobo levantó su brazo lo más alto posible imposibilitado a la Caperucita roja poder alcanzar las galletas. Saltó una y dos veces, a la tercera su enojo era grande, y con un golpe en la cabeza nuestro lobo soltó las galletas.

-¿Me acabas de golpear?¿Enserio te atreves a golpear al gran y majestuoso Lucas, lobo del bosque?- dijo con una cara de asombro, pero no de dolor, ya que ha sentido dolores peores que ese y el golpe no era nada. Aunque le sorprendió el hecho de que una jovencita tenga las agallas de golpearlo
-Pues si, fuiste un perro malo -dice athy volviendo a poner las galletas en su cesta
-No soy un perro, soy un lobo
-No veo diferencia
-La diferencia es que a mí nadie me doma- dice acercándose de a poco a Athanasia y observando sus hermosos ojos azules- Te propongo un trato, me das tus galletas y te dejo impune por lo que acabas de hacer- propuso mientras le agarraba un mechon de cabello que se escapaba de la capucha. Athy sonrojada por la acción del pelinegro retrocede.
-No puedo, son para mi tía Lily que está enferma.
-Entonces hagamos una carrera, si gano yo me das las galletas, y si tú ganas...pues ahí verás tú
-Interesante. Trato hecho- Athy le extiende la mano con el fin de sellar la apuesta con un apretón de manos. Lucas le recibe el apretón.

La carrera empieza, Athanasia elige irse por el camino de la derecha y Lucas por el de la izquierda. El primero que llegue a la casa de la tía Lily será el ganador. El camino de Athy era un poco más complicado que el del lobo, pero el más corto. No es la primera vez en que Athy va a ver a su tia así que no le era difícil pasar por las gruesas raíces de los árboles en medio del camino, ni de las espinas de las zarzamoras. A la mitad de su recorrido nuestra Caperucita se encuentra con un joven de cabellera blanca y ojos dorados.

-Señorita ¿Que hace en un lugar como éste? ¿Está perdida?- se acerca el peliblanco de a poco. En su hombro llevaba una escopeta y su ropa demostraba que era del pueblo
-Mi nombre es Kiel, soy hijo del cazador del pueblo - hace una reverencia y le da un beso en su mano. Athy incómoda por su acción y cercanía intenta escaparse de él.
- Mucho gusto joven cazador. Discúlpeme tengo prisa - se va por un lado de Kiel.
-Señorita no debería de ir sola- le toma del brazo -hay un lobo peligroso merodeando por el bosque, déjeme acompañarla y así la protejo del peligro
-Lamento ser grosera joven pero puedo cuidarme sola, además no me dan miedo los animales - se safa de su agarre algo asustada por la insistencia del cazador. Él la vuelve a agarrar y el susto de Athanasia incrementa
-Reitero mi sugerencia. Yo la acompaño- le baja la capucha y ve su rubia cabellera y hermosos ojos azules quedando embelesado por su belleza. Athy se aterra por la forma en que la mira. Una mano separa a la caperucita de Kiel.

-Te ha dicho que puede ir sola -Lucas llegó a su rescate, vuelve a poner la capucha de Athy en su lugar.
-¿Quién eres tú?- pregunta Kiel algo enojado por la presencia del lobo
-Solamente un amigo de esta caperucita roja -le pasa un brazo por encima atrayendola hacia él- No debes de ser insistente, ella ya te dijo que no necesita ayuda y puede cruzar el camino sola. Además me tiene a mi para cuidarla- Da una sonrisa burlona. Athanasia se sonroja por la cercanía de Lucas, el cual carecía de la presencia de sus orejas y cola.
-Esta bien, lamento mi comportamiento señorita. Si me disculpa, me retiro- y luego de que Lucas lo enfrentará el cazador se fue del bosque.
-Gracias Lucas, no sabía cómo sacarmelo de encima.
-Descuida Caperucita, pero te tengo que dar la mala noticia de que gané la apuesta
-¿Entonces por qué estás aquí?
-Cuando llegué al final del camino no estabas, y te tardaste un buen rato, así que tome este camino a ver si estabas bien y te encontré con ese acosador.
-Toma, te las ganaste- Athy extiende su mano con la bolsita de galletas.
-Tranquila, ahora quiero otra cosa como premio- Se acerca a ella y toma su menton. Athy se sonroja y se aleja.
-Bu-Bueno me tengo que ir, tía Lily me está esperando- Se va corriendo
-¡Oye, espera Athanasia!- Athy se detiene al escuchar su nombre de los labios de Lucas - Deja presentarme bien primero. Soy Lucas el lobo guardian del bosque, tu padre me dió la tarea de ser tu escolta para protegerte de tipos como ese cazador. No soy una persona codiciosa así que por eso no me comporto como los idiotas interesados del pueblo. Al menos déjame terminar mi trabajo de llevarte a salvo a dónde tu tía.
-¡¿Por qué no me dijiste la verdad desde un principio?!- Athy suena un poco molesta por la situación
-Pues era un trabajo secreto y quería ver qué tan interesante eres, y ganaste mí atención en el momento que me diste el golpe en la cabeza.
-¿Porque me lo dices si es un secreto?
-Porque confío en que no me acusaras con tu padre
-Esta bien, acompáñame y si quieres puedes pasar conmigo a ver a mi tía, así comes las galletas que te ganaste - alegre Lucas va al lado de Athy y caminan juntos a la casa de la tía Lily, sin pensar que gracias a esas galletas ambos encontrarian un compañero para toda la eternidad.

Primera historia de las varias que haré :3
Cómo dije antes el próximo miércoles subiré la parte lemon en mi otra cuenta (será la primera vez que escriba lemon así que espero que lo disfruten)
Momento de votación...
Siguiente historia: Cenicienta
¿Quieren que Lucas sea el príncipe o sea una sorpresa?
¿Cuál de los dos escogen? Me dicen en comentarios, tienen hasta el próximo miércoles.
Bye bye