Capitulo III

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Si puedes escuchar esto

no asumas que estoy hablando contigo.

Ayer todo lo que pensé que creía que murió

Pero hoy es mi cumpleaños.

Marilyn Manson —15

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Era nueve de marzo y sí, Yoon Gi acabó por aceptar la insistencia de sus amigos para celebrar en su casa y hacer una pequeña fiesta.

Justamente caía un sábado, uno lluvioso y lleno de malas vibraciones para su cuerpo. Obviamente ni se molestó en decirle a su madre que sus amigos irían cerca de las once de la noche con botellas de alcohol, muchas velas y cosas macabras para jugar a hacer rituales con una tabla de ouija barata comprada por internet. 

Al final de cuentas quien preparó las cosas fue Tae Hyung, aquel chico estaba obsesionado con todo lo paranormal, decía incluso que había hablado con espíritus autoproclamándose así como un médium dotado de capacidades psíquicas para la exitosa comunicación espiritual. Yoon Gi, al escuchar estas cosas, se le reía en la cara porque no creía en nada de eso y le parecía una estupidez que alguien a esa edad pensara que existían los fantasmas, espíritus y entes demoníacos.

Miró la hora en el teléfono después de haber despertado por culpa del ruido de un trueno. Eran cerca de las nueve de la noche. Gruñó, como la mayoría de las veces que algo lo perturbaba del sueño y miró a su lado derecho de la cama. Completamente desnudo y con su mano reposada sobre el abdomen de Yoon Gi, el rubio dormía plácidamente. La noche anterior fue hasta su casa porque le dijo que se sentía mal por aquello que pasó en el baño hacía unas semanas. Yoon Gi no supo qué decirle; estuvo pensando en él, admitía que le encendió una chispita de emoción en su corazón y suponía que de algún modo la adicción, lamentablemente, los había unido. Así que después de hablar de sus sentimientos terminaron revolcándose en su cama, jadeando y disfrutando de una noche de sexo desenfrenado, sin dejar de lado aquellos polvos blancos.

Yoon Gi a veces tenía miedo de entrar en una relación porque todas habían salido muy mal, tuvo experiencias muy poco gratas que lo alejaron de querer tener sentimientos por alguien. Le jodía mucho cuando le gustaba una persona porque no estaba preparado para dar un paso adelante, y tampoco se vio totalmente convencido con Ji Min. Habían hablado, sí, pero en ningún momento se habían declarado como una pareja romántica. Se dejaron llevar una vez más por los efectos de los estupefacientes, generaron en ellos sensaciones de cosquilleos, de esas falsas mariposas que uno tiene cuando siente amor. Si esa relación iba a acabar tan mal como estaba empezando, Yoon Gi prefería no saber nada, pero es que tampoco quería lastimar al rubio porque vio en lo profundo de sus pupilas dilatadas que sentía algo por él, algo bastante más fuerte de lo que creyó.

Se levantó de la cama, tratando de no hacer ruido pero dado que la tormenta era intensa los truenos retumbaban con fuerza haciendo vibrar las ventanas. Ji Min abrió los ojos lentamente y vio el cuerpo desnudo del otro, sonrió levemente y trató de estirar su mano para que éste la tomara, pero el pelinegro no lo vio y siguió su camino al baño para darse una ducha rápida y cambiarse. Por supuesto que no podía realizar su ritual de relajación; primero porque siempre llenaba la bañera y se tiraba como una hora ahí metido, segundo porque no tenía las velas de limón ni las sales con él. 

No tuvo más opción que darse una buena ducha tibia y rápida.

Se sentó al borde de la cama después haberse cambiado. No podía creer que hubieran dormido tantísimas horas; bostezó sonoramente por esto y, dado que se percató de que Ji Min estaba despierto, no le importó hacer ruido.

In the name of Satan [KookGi +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora