Capítulo IX

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Porque está a punto de hacerse pesado,

está a punto de explotar.

Estoy golpeando, lanzando napalm,

así que nadie se mueve porque fue enviado para advertirte

que el Diablo está en la habitación de al lado.

Shinedown—Devil


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Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas. 》

Santiago 3:16


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Un espacio vacío, silencioso y de aire denso y pesado rodeaba a esa delgadez, a ese raquítico ser humano que flotaba en la inmensidad de un lugar desconocido y desolado.

Yoon Gi estaba completamente desnudo, mojado y tratando de abrir sus ojos después de haberse quedado inconsciente.

Fue de esperar que terminara de ese modo. Después de la primera inmersión llegó otra y otra más. Y en cada momento que su cabeza tocó el agua, bajo ésta, recordó escuchar palabras que no comprendía. Jung Kook claramente se jactó de sus actos, se burló, se carcajeó y seguramente también lo insultó. Por un momento creyó que había terminado todo tan pronto cómo había empezado y que en ese preciso instante estaba muerto.

Al visualizar el lugar donde se encontraba, como si hubiese despertado de un coma, sintió que caía por un precipicio sin fin. Había silencio mientras que su cuerpo descendía a quién sabía dónde. Pero por más que todo simulara ser un mal sueño, Yoon Gi ni siquiera se inmutó. Miró en la total negrura del ambiente como, poco a poco, bajo sus pies algo surgía de la nada. No distinguía qué era, sus ojos quemaban y le molestaba seguir viendo.


"Yoon Gi, Yoon Gi, Yoon Gi..."


Escuchaba su nombre a los lejos; una voz ronca y quebradiza lo llamaba cada vez con más intensidad. Esto lo hizo despabilar pasando sus manos por sus ojos para frotarlos y abrirlos con la finalidad de ver más claramente qué estaba sucediendo.


"Mira, mira, mira..."


De pronto su caída se detuvo en seco, pero bajo sus pies, a varios metros, seguía aquello que no lograba distinguir. Fijó con detenimiento y concentración sus ojos en ese punto. Y sí, comenzó a verle la forma después de unos segundos.

Unas manos emergieron desde el final de su camino, después aparecieron los brazos, una cabeza y por último un cuerpo con una estructura ósea más grande que la suya. Toda esa figura humana que se acercaba hacia su persona estaba completamente deteriorada; la carne de aspecto putrefacto y de color amarillento estaba pegada a los huesos, había notorias marcas de heridas, cortes y golpes, la sangre seca y fresca se entremezclaban formando una textura pintoresca en su piel.

¿Qué coño estaba sucediendo?

El pelinegro se tensó, no quería que esa cosa se le acercara; además no podía verle el rostro porque su cabeza gacha y sus cabellos revoltosos lo cubrían y se lo impedían.

In the name of Satan [KookGi +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora