No, you can't let me go.
Even though it's hard, stay longer.
If I can see you a bit more,
I'd smile for the rest of our love.
Timeless, this isn't a goodbye,
If it's one life, it's now,
hold tight baby
Timeless, put it in your heart,
It'll just hur...
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-Sipnosis-
Si me preguntaban cuál era el momento más difícil que me había tocado vivir a lo largo de su vida, probablemente respondería que el preciso momento en que la oscuridad y la sed de poder me habían arrebatado todo lo que amaba. Y es que hace más de diez año todo rastro de felicidad y amor que había en mi vida me había sido arrebatada de raíz.
Mi corazón se había roto en millones de pedazos aquella noche del 31 de octubre de 1960, y un poco de esos pedazos habían sido enterrados junto a James y Lily Potter en el cementerio del valle de Godric pocas horas después, otro poco de mi corazón se había ido con la cordura de Alice y Frank quienes habían sido torturados a tal punto de no reconocer ni a su propio bebé, pero posiblemente la que más me dolía y es que no solo mi corazón sino también parte de mi alma había sido encerrada junto a Sirius Black en aquella fría y sucia celda de Azkaban la misma noche en la que Alice y Frank habían sido atacados.
A decir verdad me encontraba rota o al menos así lo sentía, y nadie podía verlo, con el tiempo me había vuelto una experta en ocultar su dolor y sonreír demostrando que me encontraba bien o al menos todo lo bien que se podía estar después de todo lo que me había tocado pasa a lo largo de mi vida.
Quizás las únicas personas que podían entenderme a profundidad y saber que mis sonrisas y palabras de amor eran verdaderas eran mis pequeños gemelos, Leo y Lynx que crecieron viendo como intentaba mantenerse con fuerza y criarlos de la mejor manera posible. Mi punto débil eran ellos, mis pequeños de ojos grises y cabellos rubios y estaba dispuesta a todo por protegerlos, aún si mi vida era el precio, no los perdería a ellos también, los protegería incluso de la locura de su propio padre.
