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Luego de asegurarme de que el grupo de aurores que se encontraban patrullando la zona se encargaran de que ningún otro estudiante quisiera ser lo suficientemente estúpido para llamar la atención de los dementores, regrese al castillo

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Luego de asegurarme de que el grupo de aurores que se encontraban patrullando la zona se encargaran de que ningún otro estudiante quisiera ser lo suficientemente estúpido para llamar la atención de los dementores, regrese al castillo.

Había pasado las pocas horas restantes de la tarde charlando con Lynx y Leo, quienes no dejaban de quejarse de sus clases de pociones y de lo horrible que es Severus como profesor.

-ya sé que es la persona más insoportable del mundo pero no por eso deben de faltarle el respeto- regañe mientras entrecerraba mis ojos llevando mi taza de café a mis labios-

-solo lograran que los trate aún peor- dijo Remus mientras despeinaba a Leo y sonreía-

-lo que sea- respondió Lynx obviamente cansado de que no entendiéramos su punto de vista- iremos adelantando al gran salón queremos buenos puestos para el banquete, Fred y George dijeron que es lo mejor de mundo.

-está bien- dije mientras los miraba y estiraba mis brazos en dirección a ambos- los amo

-Y nosotros a ti-respondieron al mismo tiempo mientras se dejaban caer a mi lado abrazándome al mismo tiempo haciéndome reír-

-Adios Má, Padrino- dijo Leo antes de abandonar junto a Lynx la torre que compartía junto a Remus.

-¿hiciste algo interesante hoy?- pregunte mientras levantaba mis piernas y las subía a la mesa ratona que se encontraba frente a ambos-

-hable un rato con el hijo de James- respondió mientras me miraba- me costó todo el esfuerzo del mundo no llamarlo como su padre por equivocación.

-Lo sé, es difícil no ver a Harry sin ver a James- respondí mientras miraba a Remus- ambos estarían muy orgullosos del niño que es hoy Harry.

-lo estarían sin dudas- respondió bajando su mirada a la taza de chocolate que se encontraba entre sus manos- muchas veces me pregunto cómo seria todo si nos hubiéramos dado cuenta antes, si no me hubiera alejado como el idiota que fui. Hubiera muerto antes de traicionar a James y Lily.

-nadie se esperaba que él fuera el traidor, ni siquiera yo que dormía a su lado cada noche- susurre con la mirada perdida en algún punto de la sala- y nadie hubiera podido romper la confianza que James le tenía a Sirius, ni yo.

La hora del banquete llegó entre risas y gritos divertidos por parte del alumnado, especialmente del de Gryffindor producto de Nick casi decapitado que se había dedicado a asustar a cada niño de primero que pasaba por su lado, desde mi lugar pude ver como Ron y Hermione charlaban animadamente con Neville y otros niños de su curso, mientras que Harry miraba fijamente a la mesa de los profesores, llevé mi mirada al lugar que observaba y alce una ceja al notar que a la persona que miraba era a Severus. Y no pude evitar preguntarme que era lo que pasaba por su cabecita.

El banquete terminó con una actuación de los fantasmas de Hogwarts. Saltaron de los muros y de las mesas para llevar a cabo un pequeño vuelo en formación. Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor; cosechó un gran éxito con una representación de su propia desastrosa decapitación.

No pude evitar rodar los ojos al escuchar el grito de Draco Malfoy contra Harry al gritarle por entre la multitud, cuando junto a Ron y Hermione salía del Gran Comedor —¡Los dementores te envían recuerdos, Potter!-

-Ese niño es estúpido- susurré mientras me levantaba dejando que el cansancio se apoderara de mi ser, y solo pensara en mi cama y en dormir todo lo posible- ¿Remus? – pregunte con la intención de esperarlo y así poder abandonar el gran salón juntos-

-En unos minutos - respondió mientras terminaba su conversación con el profesor Flitwick y la profesora Sprout.

Sin Embargo no paso ni un par de minutos antes de que la prefecta de Gryffindor entrara corriendo al gran salón seguida por un par de alumnos- Se ha ido! La dama gorda no está, algo la atacó-

El profesor Dumbledore se puso de pie de forma inmediata mientras seguía a paso apresurado a aquellos alumnos hasta la entrada de la casa de los leones, el resto de los profesores nos vimos alarmados antes de abandonar el gran salón, los jefes de cada casa irían a asegurarse que cada uno de sus respectivos alumnos se encontraran bien, mientras que Remus y yo seguíamos a la profesora McGonagall hasta la sala común de Gryffindor

Efectivamente la Dama gorda había desaparecido del retrato, que había sido rajado tan ferozmente que algunas tiras del lienzo habían caído al suelo .y faltaban varios trozos grandes.

Dumbledore dirigió una rápida mirada al retrato estropeado y se volvió. Con ojos entristecidos dándonos una mirada. —Hay que encontrarla —dijo Dumbledore—. Por favor; profesora McGonagall, dígale enseguida al señor Filch que busque a la dama gorda por todos los cuadros del castillo.

—¡Van a necesitar mucha suerte! —dijo una voz socarrona. A nuestras espaldas, era Peeves, que revoloteaba por encima de la multitud y estaba encantado, como cada vez que veía a los demás preocupados por algún problema.

—¿Qué quieres decir, Peeves? —le preguntó Dumbledore tranquilamente. La sonrisa de Peeves desapareció. No se atrevía a burlarse del director por lo que adoptando una voz empalagosa que no era mejor que su risa. —Le da vergüenza, señor director. No quiere que la vean. Es un desastre de mujer. La vi correr por el paisaje, hacia el cuarto piso, señor; esquivando los árboles y gritando algo terrible —dijo con alegría—. Pobrecita —añadió sin convicción.

—¿Dijo quién lo ha hecho? —preguntó Dumbledore en voz baja.

—Sí, señor director —dijo Peeves-. Se enfadó con ella porque no le permitió entrar, ¿sabe? —Peeves dio una vuelta de campana y dirigió a Dumbledore una sonrisa por entre sus propias piernas—. Sirius Black tiene muy mal genio.

Sentí mis piernas temblar y mi presión bajar al escuchar las palabras de Peeves, parecía que el mundo giraba de forma violenta bajo mis pies, Sirius estaba en el castillo y no podía alejar a mis hijos y a Harry lo suficientemente rápido de sus garras.

-Profesor Lupin, Profesora Miller avisar al resto de profesores- dijo McGonagall mirándome fijamente- es prioritario encontrar a Sirius Black si se mantiene dentro del castillo-

Escuche mientras me alejaba de aquel lugar junto a Remus como el profesor pedía a los alumnos de Gryffindor volver al gran salón donde pasarían la noche bajo la supervisión de los perfectos y premios anuales. 

TIMELESS - Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora