𝗧𝗿𝗲𝗻 - 𝗧𝗿𝘂𝗲𝗽𝗹𝗶𝗸

Uno

Capítulo uno.

1960

--- Muchas gracias --- Agradeció Vainstein a una señora que lo dejó pasar primero al tren.

Hoy, a diferencia de los otros días, el tren estaba casi vacío. En su estación, además de él, solo subió la señora de aproximadamente 40 años.

El joven se sentó en su asiento, en el cual se sentaba todos los días. Miró por la pequeña ventana, árboles y mas árboles, éste sería un viaje bastante tranquilo y estaba feliz por ello.
Manuel no era un típico adolecente, él disfrutaba del silencio, disfrutaba de estar solo.

Sonrió cuando vió subir a un anciano, sus mejores charlas siempre son con personas mayores, o aunque sea la mayoría. Aveces éstos eran muy tercos. Volvió su vista a la ventanilla.

Frunció el ceño cuando sintió un golpe en su respaldo del asiento.

--- Hola.--- Susurraron atrás suyo.

Giró su cabeza viendo a un chico morocho.

--- Hola.--- Dijo seco.

--- ¿Donde bajas?.--- Sonrió.

--- En cinco estaciones más.--- Respondió. El chico había arruinado su mañana perfecta en total silencio y ya estaba de mal humor. Tal solo pensar que ahora tendría que entablar una converzación con alguien que no conoce lo abrumaba.

--- Oh, yo en dos estaciones.--- Volvió a sonreir. El castaño solo rodó los ojos, ¿cómo podía sonreir tanto?, es totalmente molesto.
Igualmente asintió cansado. --- ¿Venís siempre en este tren?.--- Volvió a preguntar mientras sonreía.

--- Todos los días.---  Respondió seco devuelta.

--- Genial, nos vamos a ver todos los días.--- Volvió a sonreir y el rapado ya estaba empezando a pensar que lo hacía apróposito.--- Creo que ya me bajo, nos vemos.--- Saludó Mateo agarrando su mochila y parandose de su asiento. Antes de bajar del tren volvió a hablar.--- Linda camisa.--- Guiñó un ojo.

Manuel rodó los ojos.

"no te pregunté"

Pensó.