Diecisiete

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Capítulo Diecisiete.

1960

[Dos días después, 19:00 pm]

Ahí estaba.

Yendo a la casa de los Palacios.

Nesecitaba comprobar que Mateo seguía vivo.

Suspiró mientras caminaba por las solitarias calles de su barrio.

Gracias a rumores pudo saber la dirección de la casa de Mateo.

Según su memoria faltaban menos de tres cuadras.
Esas tres cuadras se hicieron eternas.

Esas cuadras fueron su tortura, el miedo de que podría encontrarse ahí, le carcomía la cabeza.

Sacudió su cabeza negando, debía ser positivo. Seguro que Mateo solo estaba incómodo por su amistad y decidió alejarse de él. También dejar de ir en el mismo tren.

Cuando por fin estuvo frente a la supuesta casa. Tocó la puerta varias veces.

Suspiró con frío esperando alguna respuesta.

Cuando estaba por irse, una señora de unos 40 años abrió la puerta principal.

Ésta lo miró confusa.

--- ¿Qué haces acá jovencito?.--- Preguntó.

--- Hola, soy Manuel Vainstein, ¿acá viven los Palacios?.--- Preguntó, no querría haberse equivocado de casa.

La señora por alguna razón lo miró con esperanza, como si hubiera encontrado algo que estaba buscando.

--- Sí, acá vivimos.--- Respondió la señora acomodandose su bata. Estaban en la entrada, por lo cual le llegaba el frío.

--- Oh, bueno, quería ver a su hijo, Mateo. Soy amigo suyo.--- Suspiró y miró el piso, todavía sentía culpa por haberlo rechazado de aquella manera.--- No lo veo hace mucho, quería saber si está bien.--- Sonrió recordando los momentos que pasaron.

Capaz podrían volver a ser amigos.

--- Oh, cariño.--- La señora lo miró enternecida. Se acercó unos pasos al adolescente y le acarició la mejilla.--- Él no está, cariño.--- Los ojos de la señora se llenaron de lagrimas.

Manuel no entendía.

--- Oh, ¿salió?, puedo esperarlo o venir después.--- Habló rápido. La mujer lo miró mientras sollozaba silenciosamente.--- Enserio quiero verlo.--- Suspiró triste.

Manuel miró confuso a la señora. ¿Por qué lloraba?.

--- No entiendes.--- Soltó.--- Él...--- Pasó su mano por su cara para poder sacarse las lagrimas y poder hablar bien.--- Él no va a volver.

Manuel cayó en cuenta.

Los rumores eran ciertos.

--- ¿Cómo que no está?.--- Soltó entrecortadamente mientras sus ojos se volvían aguados.

--- Yo también no lo veo hace mucho.---Dijo.--- Y lo extraño demasiado.

--- Pero...--- Manuel miró al piso.

--- Mateo se suicidó.--- Soltó la mujer.

Manuel sollozó.

--- No.--- Negó Vainstein mientras lloraba.--- No, no...--- Su llanto se hizo más fuerte.

Cayó al piso de rodillas.

--- Lo siento tanto.--- Se disculpó la señora. Ni siquiera sabía porqué los hacía. Capaz por no prestarle atención a su hijo, tal vez así sabría que pasó para que su hijo haya hecho eso.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2020 ⏰

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𝗧𝗿𝗲𝗻 - 𝗧𝗿𝘂𝗲𝗽𝗹𝗶𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora