a jungkook siempre le gustó estudiar al igual que jimin.
aunque ambos estudiaran en distintas aulas, termina⎼
ron estudiando juntos cuando un incidente se hizo pre⎼
sente.
el destino quería que dos chicos de doce años se cono⎼
cieran y se amaran e...
otra vez jungkook se encontraba repitiendo su almuerzo, le gustaba mucho comer, ¿a quién no?
sabía que si le decía a sus padres que saldría tarde de clases, lograría repetir el almuerzo y llevar su estómago lleno a casa. una sonrisa victoriosa se formó en los labios del castaño. si alguien dijera que jungkook no era inteligente, el tonto sería aquel que lo decía; jungkook era el primero en su clase, muy audaz y con las mejores notas, era muy inteligente, tanto, que si su profesor le hablaba de matemáticas de la secundaria, se las arreglaría para resolver el ejercicio que le mostraban.
después de dejar su tercer plato en la mesa, una bocina se escuchó fuera de la escuela, sus padres habían llegado por él. tomó su mochila, se despidió del profesor con una reverencia y corrió hacia la camioneta de sus padres, quienes lo esperaban con una sonrisa.
por otro lado, se encontraba jimin sentado en su banca favorita, le gustaba mucho esa banca porque un árbol inmenso yacía frente a ella. su salón se encontraba frente a la pequeña plaza donde se realizaban las actividades escolares y eventos deportivos, allí habían múltiples bancas y asientos. jimin esperaba a que sus padres fueran por él, pero como casi todos los días, su maestra terminaba llevándolo a casa, que no estaba muy lejos de la escuela, pero se necesitaba cruzar una avenida y jimin aún era bajo en estatura como para cruzarla sólo.
él sabía que sus padres preferían a su hermano jinyoung y no a él pero, al menos tenían la responsabilidad de ir por él al colegio, ¿cierto?
a pesar de su corta edad, jimin pensaba distinto a los demás niños. su profesora decía que era el mejor de la clase, pero no sabía si ella lo decía porque era cierto o sólo quería ayudarlo a ser mejor; el pelirrojo tenía excelentes notas, sin embargo, sus padres no le prestaban atención, ese hecho realmente no le importaba, sólo quería obtener excelentes notas, tener un buen trabajo y ganar dinero, y así podría irse de su casa.
el pequeño pelirrojo miró cómo su maestra se acercaba, era la hora de irse a casa. se levantó de la banca y caminó hacia su profesora, ella lo tomó de la mano y avanzaron fuera de la escuela. una vez en la calle, los autos pasaban una y otra vez. en algún momento jimin subió la mirada y vio que la maestra tenía una sonrisa en su rostro, por lo menos a ella le gustaba llevarlo a casa. llegaron a la avenida, esperaron a que el semáforo marcara el paso de peatones y avanzaron, poco a poco se acercaban a la residencia de los park.
cruzaron en una esquina y ya habían llegado a la casa donde jimin vivía: un apartamento de color naranja, donde el césped era verde oscuro y con flores, no era muy grande pero sí se podían sentar allí. la maestra tocó el timbre, bajó la mirada y le sonrió a jimin, esperaron unos minutos y la madre del niño salió del departamento, lo miró con desigualdad y rodó los ojos, miró a la maestra, le sonrió falsamente e hizo una pequeña reverencia.
jimin se despidió de la maestra con un abrazo y caminó hacia el departamento, pasó de largo a su madre y abrió la puerta de la casa —que con el viento se había cerrado—, al estar en la sala se encontró con su padre viendo la televisión junto a su hermano, quién lo miró burlón para dirigir nuevamente su vista hacia el televisor. el pelirrojo no necesitaba saludar a su padre porque lo ignoraría como todos los días. entró directo a su habitación al fondo delpasillo, lanzó su mochila a un rincón de la habitación y se arrojó sobre la cama, sacó un diario de la mesita de noche y empezó a escribir sobre su día.
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