DÍA 21: NOCHE ESTRELLADA.

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Habían recibido un llamado de Vegetta para el al pueblo, al parecer había llamado al resto de los héroes para una invitación que deseaba hacerle a los siete, Rubius iba felizmente caminando jalando las riendas de Tetrapak quien debía cargar a su esposo.

A su lindo pequeño, gruñón y embarazado esposo de cuatro meses. Auron estaba a cargando en su vientre su pequeño hijo que además eran varón, aunque Rubius lo había admitido varías veces en voz alta él tenía las esperanzas que fuera una niña no tuvo tanta suerte, aunque Auron le prometió intentarlo después de un par de años.

. – Nene, que puedo caminar. – Le recordó Auron cruzado de brazos sobre aquel caballo de armadura de Jade.

. – Lo se mi señor, pero es más fácil llevarte así. – Respondió Rubius enseguida ante las quejas de su marido. – Que te puedes cansar mientras caminamos hasta el pueblo. –

. – Podríamos haber tomado los chocobos, que hubiéramos llegado más rápido de esa manera. – Aunque Auron insistió con aquella idea su esposo se negó ante la misma.

. – Auron la última vez que volaste, terminaste parando tres veces para vomitar. – Le recordó el noruego mientras se tomaba un momento para voltear a verle, la primera vez que se detuvo él se casi se quería aventar del chocobo solo para revisar que su pareja se encontrara a salvo junto a su bebé.

. – Eso no es mi culpa, que es culpa del niño. -Puso rápidamente como excusa para que le entendiera. – Que no va a volver a pasar. –

. – Claro hombre, enseguida sacare los chocobos entonces. – El sarcasmos en la voz de Rubius era más que claro mientras seguía avanzando.

Auron bufo levemente ante las palabras de su pareja. - ¿Al menos podemos ir más rápido o te puedes subir a cabalgar tu caballo?, que a este paso llegaremos hasta mañana al pueblo y ya puedo oír los gritos de triple por no ser puntuales. –

. – Vas a vomitar Auron. – Rubius estaba seguro de eso.

. – Que no lo hare guarro. – Le contradijo el mayor rápidamente para que se subiera al caballo.

Rubius solo suspiro. - ¿No vas a detenerte hasta que lo haga, ¿verdad? –

. – No, así que sube ya. – Pidió casi de manera amable a su marido mientras se movía con cuidado encima del caballo para que pudiera montar.

A Rubius no le quedo de otra más que hacerle caso, aunque al principio no fue muy veloz pudo notar como en efecto estaban llegando mucho más rápido al pueblo de Karmaland como lo hubieran hecho con su método anterior.

Cuando su fueron adentrado al pueblo, Rubius decidió bajar el ritmo una vez más al notar que ya estaban cerca rumbo a casa de Vegetta, no era necesario ir a las carrera y así evitaba cualquier malestar para su esposo quien se encontraba verdaderamente muy sonriente detrás suyo.

. - ¿Qué? – Pregunto Rubius enseguida para tratar de saber que era lo que de repente le había puesto tan contento.

. – Pues que tenía razón, tío. – Presumió Auron como si nada mientras le lanzaba una pequeña sonrisa.

. -Que tuviste suerte de no querer vomitar. – Menciono Rubius al contrario mientras le recordaba lo incidentes anteriores donde por prisas o por tonterías terminaba corriendo buscando donde poder vomitar.

. – Pero esta vez él que tuvo razón fui yo cara nabo, así que no importa. – Vomitar hubiera valido completamente la pena si con eso le seguía demostrando a Rubius que estaba equivocado desde el principio.

El noruego no dijo nada más que seguir sosteniendo de manera fuerte las riendas de Tetrapak para que llegara donde sus amigos posiblemente ya les estaban esperando y justamente cuando llegaron a un pequeño lugar cerca del zoológico y donde se había creado un parque nuevo para los más pequeños del pueblo.

MÅNED RUBIUSPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora