ㅤㅤEse día yo no pensaba entrar en el hospital. Odiaba los hospitales.
ㅤㅤPero, ¿sabes qué?, al clima le vale mierda tus planes.
ㅤㅤNunca había llovido con tanta fuerza en la ciudad. Era mediodía según mi reloj, pero las calles estaban abandonadas a su suerte como si apenas hubiese entrado la madrugada después de la noche. ¿El sol había quedado oculto detrás de nubes oscuras en el cielo?, no se percibía ningún atisbo de luz, y la visibilidad se había ido al carajo desde que los suicidas de agua saltaban desde lo alto del cielo para empapar todo lo que estuviese debajo. Ni siquiera los vientos huracanados lograban empujar la tormenta a otro lado. Y qué frío tan horrible hacía.
ㅤㅤEl invierno estaba llegando y saberlo no era más reconfortante. ¿Cómo diablos iba a volver a mi casa si no había transporte público trabajando?... Yo creí que estaría varado bajo la lluvia hasta que escampara, pero ahí, al cruzar la calle, estaba el hospital. Y el hospital tenía un techo. Ni siquiera dudé en ir hacia allá, con la esperanza de conseguir al menos una esquina vacía y apartada en la que pudiera hacerme ovillo mientras, muy apasionadamente, maldeciría a quién sea el cabrón que controla el clima en el mundo.
ㅤㅤCuando entré, de inmediato me di cuenta de que no era el único con los zapatos inundados. La sala de espera estaba llena de gente temblorosa y empapada, únicamente arrullada por la monótona voz del reportero de noticias en la televisión, quien de paso estaba fallando de vez en cuando por la mala señal. Suspiré. Y con la mirada busqué asiento en una de las sillas al fondo de la habitación. Me senté en una, pidiendo al cielo por que la lluvia cesara pronto, y cerré los ojos para descansar al menos un instante. Fue ahí, en ese preciso momento de oscuridad y frío, la primera vez que te escuché.
ㅤㅤ―¿Te gusta el chocolate?
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Nuestra coincidencia
Short Story"Seguiremos encontrándonos. Hasta entonces, espera por mí."