Nuestra coincidencia

IX

ㅤㅤEscribías una historia en un cuaderno reciclado.

ㅤㅤAquella vez mientras estaba acostado a tu lado, me tapaste los ojos con tu mano y pediste que imaginara un mundo donde las personas convivían con la fantasía de los cuentos; me hablaste de hechiceros, de reinos fantásticos, de poderes asombrosos en personas grandiosas con propósitos que lograr. Algo maravilloso. Una fantasía sobrenatural.

ㅤㅤ―¿Cómo escribiste todo esto? ―pregunté, hojeando lo que tú llamabas boceto. Para mí, eso ya era una obra en todo su derecho.

ㅤㅤ―Una vez tuve un sueño donde tenía una misión difícil de lograr... aunque no tenía habilidades que sirvieran para esa misión. ―Sonreíste.― Pero alguien me ayudaba y... entonces yo me convertía en guerrero. Podía salvar a las personas de un apocalipsis, ¡también conocí gente que usaba la magia!... Y cuando desperté, solo imaginé todo lo demás.

ㅤㅤ―Está genial, yo la leería, ¡la compraría! ―Sonreí de vuelta. Se te notó un brillo en los ojos.― ¿Te imaginas vivir en un mundo así de increíble? ¡Te apuesto que yo sería un guerrero invencible!

ㅤㅤ―Ya lo haces. ―Reíste.― Para hacer al mejor amigo del protagonista, te visualicé a ti.

ㅤㅤMi corazón se volcó en mi pecho. No tienes idea de lo feliz que me hiciste.

ㅤㅤ―¿En serio? ¿Puedo usar la magia? ¿O soy un guerrero?

ㅤㅤ―Eres mucho más importante que eso... Quieres ser el sujeto de la profecía, y la verdad no te faltaban virtudes para lograrlo. Eras el mejor de todos. Y te peleas conmigo porque también era mi propósito. ―Reíste.- Me salvaste muchas veces.

ㅤㅤYo sonreí, conmovido:

ㅤㅤ―Estoy honrado de que me hayas incluido en tu historia.

ㅤㅤ―Quería que fueses parte de esto ―comentaste, bajando la cabeza con una sonrisa―. Al menos en ese mundo, puedo ser alguien importante. No estoy postrado en una camilla de hospital. ―Tomaste el boceto escrito desde mis manos, hojeando un par de veces hasta dar con una página en especial.― En una parte, escribí que había una magia capaz de sanarme de mi enfermedad, ¿no sería genial? ―Sonreíste para ti mismo.― Parpadear y... eso es todo, ya no está.

ㅤㅤYo... lo siento mucho.

ㅤㅤEn ese momento no sabía qué decir.

ㅤㅤ―Te explotaré si vuelves a decir algo tan triste ―te dije, y de repente volviste a reír como si nada hubiese ocurrido. Volvimos a hablar de banalidades después, pero yo nunca pude olvidar esa melancólica sonrisa.

ㅤㅤ¿Qué tanto dolor reprimías en silencio, detrás de esa sonrisa tan dulce?