Te Regalo Mis Historias

"¡No me asustes asi!"

Corría por los pasillos de aquel hospital, buscando la habitación donde se hallaba su novio, la llamaron a su trabajo avisandole del accidente del cual su novio había sufrido hace unos instantes de aquella llamada, decir que su corazón se detuvo unos segundos no sería exagerar, para ella, su novio era el pilar que sostiene su vida, perdió a su madre a corta edad y la relación con su familia pues era más que distante, su decisión de estudiar arte en vez de leyes, fue el detonante del distanciamiento entre ella y su padre, juez de la suprema corte, el camino de Hinata estaba prescrito y su destino sellado, hasta que conoció a un alocado rubio, compañero de universidad, rápidamente se volvieron amigos, era como si encajaran perfectamente y en el día a día fueron enamorándose el uno del otro hasta que se hicieron novios no tuvieron el apoyo de la familia Hyuga, pero poco le importaba a Hinata ya que Naruto le mostró que el destino se formaba día a día y que la vida era para vivirla a pleno, haciendo lo que te gusta, eso la ayudo a seguir su camino en la vida, y a construirlo día a día, junto a su rubio, pero y si él... ¿Se iba de su vida?

Abrió la puerta y se lo encontró, acostado mirando la ventana, aunque magullado se veía hermoso para ella, cuando lo vio abrazando aquel peluche que ella le había regalado como llavero sus ojos se llenaron de ternura, el le decía que era su amuleto de suerte, pero, ella no quería estar tierna, tenía que estar enfadada, debía hacer entender a ese alocado rubio que dejara de poner en peligro su vida, por que si, esta no era la primera vez que Naruto acudía a aquel centro de salud, pasaba varios días del año aquí, no por alguna enfermedad crónica, aunque para ella esta situación quizás si podría ser catalogado como una enfermedad, la "enfermedad. " era esa Bondad tan a flor de piel que tiene el rubio, incapaz de no ayudar a alguien que esté en algún problema, aún cuando ese problema sea peligroso y ponga en riesgo su propia integridad, el rubio se lanzaba sin pensar, en ayuda de cualquier persona que lo necesitara, ni los animales se salvaban de aquella bondad rebosante de aquel chico, eso la enamoró, ver esa bondad y ver los ojos felices que ponía el rubio cada vez que ayudaba era de las imágenes más hermosas que Hinata tenía entre sus recuerdos, pero ahora esa misma bondad era un problema grave que afectaba la salud física de su novio intento con fuerza no ir a abrazarlo pero sus ganas de abrazarlo y cobijarlo pudieron más que ella y solo en un acto reflejo, fue y lo abrazó con fuerza.

-¡Es... es que tu tratas de matarme! ¡No tienes ni la más mínima idea del terror que me acabas de hacer pasar!.- se quejó mientras mantenía el abrazo con su novio

-Perdoname... ¡auch! ¡Eso duele!- dijo el rubio acariciandose el brazo en el cual vendas cubrían el gran raspón que tenía.

-¿Que paso? ¿Te duele algo? ¿Donde te duele?- dijo alarmada Hinata.

-jejeje solo bromeo- sonriente le contesto su novio

-!Eres... un gran... tonto! ¡¿Como se te ocurre jugar con eso?!- le recriminó su novia.

-Lo siento... es que te vi tan preocupada que no me aguante jugarte una broma... pero es para que veas que estoy muy bien- dijo el rubio

-Mmm... muy gracioso amor... pero dime ¿Quien fue esta vez? ¿Una anciana? ¿Un niño? ¿Una niña? ¿A quién salvaste esta vez?- le dijo de pie a un lado de la camilla mirándolo fijamente.

-Eh... jejeje veras es más gracioso aún... esta vez no fue ni una anciana ni un niño ni una niña...- dijo rascándose la nuca.

-¿Y bien que fue Naruto?- seriamente le pregunto.

-Un... un Gatito.- dijo casi susurrando.

-¿Un... Que?- elevo la voz Hinata.

-Un... gatito...- igualmente elevó la voz Naruto.

-Me estás diciendo... ¿que por salvar a un gatito terminaste en el hospital?- dijo ofuscada pero a la vez sorprendida.

-Eh... resumiendo... en pocas palabras... pos si- dijo Naruto regalándole a su novia esas sonrisas que la derretian.