"Copas de más"

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Eran pasada las una de la madrugada y su compañero de cuarto aún no llegaba al departamento que compartían hace algunos meses, el no era del hábito de beber y eso era un problema ya que cuando se pasaba de copas era cosa seria, era lo que se llamaría un chico problema, siempre solo, sin amigos, ya que estoy últimos lo habían traicionado, según el, le había dicho antes de salir, que iría a conversar a con su padrino, y eso ya era mala señal, ya que siempre que discutía con su padrino pasaba al bar que esta cercano a su trabajo y se iba de copas, solo, dejando a su compañera y única amiga sola y preocupada, pero Hinata ya se había acostumbrado a esa rutina, ya iba cayendo en los brazos de morfeo cuando una llamada la sorprendió.

-Alo?... diga???.- dijo somnolienta la chica peli azulada.

-Señorita Hinata, lamento mucho molestarla a estas horas, pero... estoy... con... Naruto aquí en la recepción, y no puedo controlarlo, a usted es la única a la cual le hace caso.- le dijo el recepcionista.

-Ay... no  ¿el esta borracho?.- pregunto aunque ya sabía la respuesta.

-Si ha bebido demasiado por lo que se ve.-

-Entiendo... voy bajando...-

Dicho eso cortó la llamada y se levantó rápidamente y fue en busca de su amigo, que lamentablemente para ella lo amaba desde hace tiempo atrás, vivir con el tenia estas desventajas, pero la mayoría del tiempo vivir con el era cálido, y hermoso, reian y compartían mucho, contándose cosas que quizás solo lo sabían ellos y nadie más, si Naruto era solitario, Hinata también lo era, siempre con una actitud tímida frente a los demás, le dificultó hacer amigos, y más desarrollarse en el mundo empresarial que su familia monopolizaba, su Padre magnate poderoso de los negocios, frío como un témpano de hielo, y su hermana copia exacta de su padre, nunca pudieron entender esa actitud de Hinata, y sin importarles mucho la desecharon cual pieza de oficina en desuso, Hinata se habría rendido ante esa situación, si no fuera por Naruto, quien le enseñó a no rendirse nunca por fuerte que sean los golpes que la vida te de, y si alguien es ejemplo de eso es Naruto, huérfano desde niño, salió adelante solo, hasta hace pocos meses que había encontrado a su padrino, por eso la mala relación entre ellos? Para Naruto que de pronto aparezca en su vida, sin siquiera averiguar antes de el? Le generaba rechazo ante su padrino, pero fuera de esos casos, la convivencia entre ellos era prácticamente perfecta si hasta casi parecían pareja, y Naruto siempre fue un exelente amigo, y un compañero en que podías confiar, ya bajada del ascensor, Hinata ve a Naruto, tirado en el sillón de aquella recepción, adormilado, y con claros signos de haber tomado más de la cuenta, Hinata suspiro, y rápidamente se acercó a el, y le dijo:

-Un día de estos no te vendré a rescatar... haber si escarmientas de una vez.- le dijo a modo de amenaza, aunque sabía que caía en oídos sordos.

-Hi...Hina? Auch! Me duele... la cabeza...- de queso el rubio tomándose la cabeza con una mano.

-No puedo imaginarme por que ah de ser...- le dijo algo irónica.

Pronto Naruto levantó su vista y con voz pesada y ronca le dijo:

-Hi... Hina... Hinata?.- pregunto con dificultad.

Ella solo lo miro con ojos serios, y sin más rapidamente lo puso de pie y le pasó su brazo por su cuello, y con algo de trabajo logró hacer que caminara, y caminaron despacio hacia el ascensor.

-A ver... calma, no te me apoyes tanto, nos vamos a caer, Ay... Naruto... por favor coopera un poco más.-le decía a un adormilado Naruto.

-Ohhh... Hina... otr.. otra... vesh... cre... creo... que me pase... jejej.- le dijo con voz pastosa Naruto.

-Si... y bastante... bueno... camina... por favor, ya casi llegamos.- le dijo con esfuerzo, ya que no era fácil dominar el cuerpo del rubio.

Y así se tomaron el ascensor y se dirigieron a la habitación que compartían aquellos jóvenes, Hinata abrió la puerta del departamento y con cuidado depósito a Naruto en la cama de el, aunque no estuvieron exentos de problemas, ya que Naruto bruscamente iba golpeándose contra los muebles, hasta que finalmente lo logró acostar.

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