《- papi...no hable. 》

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- Papi - Llamó el felino chico a su novio, los ojos de Tae estaban a gusto con la vista: la espalda tan musculosa de su novio sin camisa, usando únicamente el delantal de la cocina.

Jungkook sintió sus orejas arder al escuchar tan caliente apodo, de la boquita de su bebé.

- Bebé, no me llames así, no ahora al menos - Habló con ese tono tan amable, el cual Tae amaba corromper y convertirlo en feroces gruñidos de lobo. Susurró la última parte indispuesto a llegar tarde a su trabajo.

- Amo~ - Ronrroneó al no ser notado - Quiero lechita

Jeon debía acostumbrarse a vivir con tan sensual y provocativo ser, con sus simples palabras podía lograr una erección, no se hable de su andar y articular, eso lo dejaba completamente a sus pies.

El pelinegro sonrió de lado y se acercó a la nevera, sirvió leche de caja en un vaso y se la dejó a Taehyung en la encimera, el memcionado formó un gesto inconforme, sin embargo, tomó el vaso y se dispuso a beber la leche para esperar el desayuno.

Tae no acompañará a Jungkook al trabajo, por pedido de él mismo, el felino pensó mucho en la noche; quería tener su propio dinero y comprar cosas para su amo sin necesariamente su compañía, hacer amigos y esas cosas de chicos. Él sabía que a Jungkook le desagradaría la idea, después de todo es muy celoso.

Su plan era salir, dar unas vueltas al vecindario y encontrar trabajo en alguna de esas cafeterías o tiendas de ropa que había visto desde la ventana del auto.

Si debía decirlo a Jungkook o no, no era su mayor preocupación, quizás debía demostrarlo con hechos entonces el mayor no podría negarse.

Y tenía qué, debido a lo que le dijo su Ángel Hwasa, "conseguir independencia, y vivir como un chico normal es el objetivo"

Salió de su mente al notar el plato frente a él y su exquisito olor, las tortillas de maiz le quedaban deliciosas a Jeon.

- Amo... - Lo nombró dudando si hablar

- sí, mi amor - Contestó volteando con su propio alimento y sentándose frente a el rubio.

La mente de Tae le aconsejó no decírselo, entonces cambió el tema.

- Ummm, ¿tardarás mucho? Es que no quiero extrañarte demasiado. - Al final resultó en una insinuación de acto sexual, pero bueno, los felinos son muy lascivos.

- Oh, mi pequeño - El tono de voz de Jungkook alertó a Tae, se volvió voraz
- Volveré pronto

- Oh... no te preocupes, haz bien...las cosas, toma tu tiempo. Yo te espero. - Los nervios de Tae arrivaron.

A el opuesto le pareció extraño, pero no preguntó nada.

...

"Es hora, Tae, tu puedes, sales, miras y vuelves. Simple, ¿no?"

Y ahí estaba; mirándose al espejo alrededor de 10 minutos, dándose ánimos para finalmente salir.

Se vistió casual, según las revistas que había leído, una camisa blanca, un pantalón de tela negra, unos zapatos marrones los cuales no tenía ganas de ponerse bien por lo tanto le sobresalía el talón y finalmente una boina roja.

- Solo hazlo - Se dijo mirándose una última vez y pellizcando sus mejillas para tener un poco de color.

Tae abrió la puerta y se guardó las llaves en el bolsillo, sus pasos eran tímidos, nunca había salido sin Jungkook.

Todo el camino fue normal, no había casi nadie en el edificio a esa hora, todos trabajando o durmiendo; hasta que se topó con la recepcionista.

- Hola, vives con el señor Jeon, ¿no?

¡Gatito! 🔞 ◇◇◇ KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora