Secreto de un omega

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El sonido viajaba a través de esa habitación, logrando una armonía agradable. El constante sonido de los utensilios al ser tomados y dejados, los platos siendo golpeados por unos simples cuchillos, el brindis al ser chocados por unas copas, el murmullo de algunas personas presentes lograban ser simples silbidos. Free en un momento de viaje en un mundo en donde no prestaba atención a su alrededor más que solo el simple sonido – ¿Por que solo el sonido? – su importancia del maravilloso escuchar cambio radicalmente al saber ahora que tiene una belleza importante

Free odiaba que desde pequeño fuera obligado hacer y practicar cosas que el no quería, se esforzaba al máximo para estudiar todas las tardes. Cuando llegó a esa casa llena de amor y placeres su ego aumentó, pero cambio cuando todo fue en beneficio de sus padres y no del mismo. Sus padres le repetían una y otra vez las mismas frases "Recuerda Free, nosotros te dimos todo lo que tienes" "Quiero que seas el número uno" "No nos decepciones" "Estudia, avanza y esfuérzate" "Demuestra tu linaje de Alfa como el próximo heredero" Vivir todo este tiempo con responsabilidades y sin capaz de hacer algo que le guste, cambio cuando conoció su prioridad

Ese beta sentado a su lado cenando con toda su familia, compartiendo los mismo platillos en esa mesa. Su cabello azul que brillaba como el sol, sus ojos cafés resaltando sus pequeñas pestañas dándole un toque tierno y cálido a su mirada, su piel clara y entre bronceado con ganas de saborearlo hasta marcarlo por completo, sus manos algo frágiles y sensibles al tacto... Su voz angelical y dulce era música para sus oídos, era como si estuviera en el cielo mismo literalmente era increíble como un simple sonido le producía placer

Ahora estaba disfrutando algo por primera vez después de mucho tiempo dejándose llevar por la adrenalina del momento. Siempre creyó que tocar la batería era una pérdida de tiempo y algo sin sentido por solo golpear algo con fuerza, produciendo un sonido molesto y ruidoso. Valt miraba atentó con emoción por la facilidad de su ritmo y con la intensidad que lo hacía, jamás pensó que escucharía alguien ser un genio en este instrumento. Free se lució todo este tiempo que estuvo en sus clase para dedicarselo a ese pequeño amante de la música

– ¡Eso es increíble! – exclamó alegre con brillo en sus ojos

– ¿Te gusta como tocó? – preguntó nervioso

– ¡Me encanto! – dió un salto observando con atención la batería – Free... – le llamó – lamento si antes te hice sentir mal, se que hablé mal de los alfas incluyendote

– No te preocupes, en parte tienes razón – sonrió despreocupado – no me respondiste – habló cambiando de tema

– ¿Que? – pregunto confundido

– Lo que te dije antes de la cena – recordó sentándose al orilla de su cama

Valt desvío la mirada observando cada rincón de su habitación, era espaciosa con un color amarillo y negro llamando la atención cada vez que alguien entra. Tenía algunos pósters pegados, eran como unos cinco, un pequeño escritorio en donde descansaba una laptop y una lámpara de noche, su cama estaba en el centro de esa habitación y a la derecha estaba su famosa batería color menta y a lado de esta estaba unas repisas con pequeños adornos y juguetes. A lado izquierdo tenía una puerta donde estaba seguro que era el clóset. Su mirada volvió al rubio donde espera la respuesta ansioso

– Pensé que era broma – respondió indiferente

Free se alarmó ya que sintió como si alguién le propinara un golpe bastante fuerte. Su sonrisa se desvaneció, bajo la mirada apretando sus puños. Valt lo observó y no entendía su expresión

– ¿Piensas que te lo dije de broma? – pregunto calmado volviendo su mirada hasta él

– Si, así es – afirmó caminando hasta él – es un locura que estés conmigo – soltó una risa