Mis manos apretaban su cintura.
El corazón me palpitaba frenético.
Mi mente no alcanza a comprender cómo podía sentirme en el cielo y en el infierno al mismo tiempo.
Mis oídos de deleitan del más hermoso sonido.
El dulce chasquido de nuestro labios al unirse.
Quería fundirme en ella y quedar anclado a su presencia el resto de mi vida.
Le pedía a Dios que si tomaba mi vida lo hiciera ahora, para así poder llevarme mi mejor momento intacto al más allá.
Pero la realidad me cobra el momento arrebatandome su sabor y la sensación de sus labios.
Siento un dolor en mi pecho y puedo escuchar mis fuertes latidos.
Lentamente abro los ojos mientras me pican por las lágrimas; la impotencia pasando factura.
Otra vez soñé con ella.
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ELLA
Short Story- ¿Por qué no se lo confiesas? - No puedo. Aún no es tiempo. Solo sabíamos que: Cuando el corazón manda, la vida toma otro sentido.