Once

9 2 0
                                    

– Te amo.

Fue liberador. Realmente se sintió tan bien decirlo. Mi corazón palpitaba rápidamente y sentía una opresión en el estómago.

Había imaginado tantos escenarios para decírselo.

Porque, ¿cuál era la forma correcta?.

¿De que manera le decías a la compañera de tus travesuras, a tu defensora, tu consejera, a la chica que aguanta todas tus bromas pesadas, a la persona que siempre intento echarse la culpa para evitar que te castigarán, a quien se ríe de tus chistes, incluso los malos solo para hacerte sentir bien, quien te consuela en tus días malos; a tu mejor amiga, que quieres aún más de ella por que eso no te es suficiente?.

Que deseas con todas tus fuerzas tener sus caricias y el sabor de sus labios.

Te amo.

Por fin lo había dicho, y aunque está había sido la única forma que nunca me imaginé, era especial, lo seria para mí sin importar lo que pasará.

Me separé de ella para poder mirarla pero antes de que pudiera observar su expresión, su mano se estampo contra mi mejilla haciendo girar mi rostro. Me mantuve inmóvil sintiendo el ardor extenderse mientras mi cerebro procesaba lo que paso.

¿En serio me abofetio?.

Bueno en realidad lo merecía y no me sorprendía tanto, era una reacción muy normal de ella ante lo desconcertante.

Giro mi rostro hacia ella. Está de pie, con su mirada fija en mí pero concentrada en sus pensamientos.

Su expresión muestra sorpresa aunque sus ojos reflejan el miedo que siente en su interior.

Sobo un poco mi mejilla para calmar el dolor y me pongo de pie quedando a centímetros de ella provocando que por fin su atención se centre en mí.

Su cabeza ligeramente hacia atrás a causa de los centímetros que la sobre paso. Me mantengo en silencio; admirandola. Dándole espacio para que lo procese.

Nunca le había dicho que la amaba, ni siquiera de broma; tampoco ella a mi. Siempre hemos tenido la idea de que esa palabra es sagrada. Las personas la desperdiciamos tanto diciendola sin sentir realmente el significado. Le juramos amor eterno a personas que nunca estarán con nosotras o que simplemente no son realmente tan importantes, pero lo hacemos por cumplir.

Nos prometimos decir te amo cuando de verdad lo sintieramos, cuando enserio esa persona sea dueña de nuestro amor.

Yo la amo.

Por eso está tan confundida, porque sabe que lo digo enserio.

De pronto sus ojos se aguadan de nuevo y las lágrimas comienzan a correr por su rostro. Por instinto la tomo de los hombros y la atraigo hacia mí. Tratando de mantenerla segura.

– ¿Qué has dicho? – su voz sale entrecortada a causa del poco espacio que tienen sus labios para moverse.

– Que te amo – repito – De verdad.

– Pero no entiendo – solloza.

– Siempre has sido tú – Le digo entendiendo su confusión.

De nuevo el silencio reina en la habitación solo siendo interrumpido por mi pesada respiración y sus pequeños sollozos.

– Te amo.

Te amo, un te amo tan dulce que siento mi corazón detenerse por una milésima de segundo antes de palpitar de nuevo tan rápido que hace mi pecho doler.

Una sonrisa se pinta en mis labios sin pedirme parecer y mis brazos la envuelven con más fuerza.

Busco su mirada, sus bellos ojos se encuentran con los míos y me pierdo en su profundidad.

Nada más que ella y este momento me importan ahora. No necesito más para desear entregarle mi alma y que me vuelva su esclavo por la eternidad.

Sería lo que fuera por ella. Haría cualquier cosa que ella quisiera solo por verla sonreír.

Me vuelvo inconsciente de mis actos y mis labios se encuentran ansiosos con los de ella, probando al fin, un pedazo de cielo.






NOTA DE LA AUTORA

Holaaaaa

Muchas gracias por estar aquí.

Esta historia es muy corta pero le tengo mucho cariño.

Espero que te guste tanto como a mí.
Aún falta un capítulo así que te veo luego.

Cuídate, recuerda que eres muy importante.

Y. Rodríguez

ELLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora