Estábamos solos en su habitación.
No podía parar de mover las piernas, si lo hacia mi ansiedad y nerviosismo provocarían que me lanzara por la ventana.
¿Enserio lo haría?
No podía dejar de pensar en eso.
Tienes que ser valiente, me decía a mi mismo, Si no es ahora, ¿Cuándo lo haras?
Carmina hacia mí y se sienta en el colchón, inmediatamente me levanto y cruzo las piernas. Había llegado el momento.
– Tengo que contarte algo – comienza en un delicado susurro.
Las alarmas en mi cabeza se activan.
Se lo que va a decir y aunque me alivia un poco, quiero ser yo quien lo haga primero.
– Yo...
– ¡Espera! – la interrumpo – Tengo que decirte algo primero. Porque se que si no lo hago ahora, no podre hacerlo después.
Guarda silencio y me regala toda su atención.
– ¿Recuerdas cuando te dije que aun no era tiempo de declararme con la chica que me gusta?
Ella solo asiente con la cabeza. Puedo notar como sus ojos se cristalizan.
– Pues ya es tiempo – continuo – Se lo diré.
Desvía su bella mirada intentando ocultarme sus lagrimas. Eso me destroza y no logro soportarlo.
Me acerco a su oído y sin poderme contener más, susurro:
– Te amo.
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ELLA
Short Story- ¿Por qué no se lo confiesas? - No puedo. Aún no es tiempo. Solo sabíamos que: Cuando el corazón manda, la vida toma otro sentido.