Diez

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Estábamos solos en su habitación.

No podía parar de mover las piernas, si lo hacia mi ansiedad y nerviosismo provocarían que me lanzara por la ventana.

¿Enserio lo haría?

No podía dejar de pensar en eso.

Tienes que ser valiente, me decía a mi mismo,  Si no es ahora, ¿Cuándo lo haras?

Carmina hacia mí y se sienta en el colchón, inmediatamente me levanto y cruzo las piernas. Había llegado el momento.

– Tengo que contarte algo – comienza en un delicado susurro.

Las alarmas en mi cabeza se activan.

Se lo que va a decir y aunque me alivia un poco, quiero ser yo quien lo haga primero.

– Yo...

– ¡Espera! – la interrumpo – Tengo que decirte algo primero. Porque se que si no lo hago ahora, no podre hacerlo después.

Guarda silencio y me regala toda su atención.

– ¿Recuerdas cuando te dije que aun no era tiempo de declararme con la chica que me gusta?

Ella solo asiente con la cabeza. Puedo notar como sus ojos se cristalizan.

– Pues ya es tiempo – continuo – Se lo diré.

Desvía su bella mirada intentando ocultarme sus lagrimas. Eso me destroza y no logro soportarlo.

Me acerco a su oído y sin poderme contener más, susurro:

– Te amo.

ELLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora