– ¿Escribes sobre ella?– Así es
– ¿Y qué escribes? – su mirada se mantiene en la distancia.
– De todo lo que puedo. Lo que pienso, cómo me hace sentir, lo que me gusta de ella – le explicó – le escribo cartas y alguno que otro poema.
– ¿Y se los das? – indaga de vuelta con su dulce voz.
– No. Ella no sabe que me gusta.
– ¿Por qué no se lo confiesas?
Siente mi mirada sobre ella y voltea hacia mí.
– No puedo. Aún no es tiempo de que lo sepa – contesto.
– ¿Por qué? – su pregunta me deja callado.
Miro al vacío y no puedo evitar sonreír ante mis pensamientos.
Sus sonrisas y abrazos, el fresco aroma de su cabello, sus buenas acciones, los increíbles momentos que pasamos juntos; todo pasa por mi mente.
Y justo por eso, es que aun no era tiempo.
Ella no podía saberlo, porque aún no estaba preparado para la posibilidad de perderla.
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ELLA
Short Story- ¿Por qué no se lo confiesas? - No puedo. Aún no es tiempo. Solo sabíamos que: Cuando el corazón manda, la vida toma otro sentido.