CAPITULO VIII

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Tiene ya un par de minutos que Josuke se fue y sigo sin poder creer que él también sea un usuario Stand, debo agradecer que estuviera de espaldas a la puerta de la cocina cuando sacó a su Stand para reparar la taza que se rompió, o me hubiera visto y se habría dado cuenta de que puedo verlo. ¿Qué sigue ahora?, ¿Acaso Okuyasu, Koichi y Yukako también son usuarios Stand?

Sin embargo, hay otra cosa que no deja de rondar mi mente, el momento en el que nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su respiración, en ese momento fue como si el tiempo se detuviera, no pude mover ni un solo musculo y aunque pudiera, no sé si habría querido hacerlo. Nunca me había pasado algo similar, ni siquiera en Italia cuando conocí a aquel chico...

Hasta ahora no me había atrevido a admitir que fue mi culpa lo que sucedió, si no me hubiera dejado llevar por mis sentimientos tal vez ya estuviera aún más cerca de cumplir mi meta y, ¿Quién sabe? A lo mejor y ya todo habría terminado. Debí haber sido fuerte, como Bucciarati y los demás... Basta, tengo que dejar de lamentarme por lo que sucedió o no podré arreglar nada e incluso podría poner en peligro a los chicos, lo mejor que puedo hacer ahora es seguir sus instrucciones y sé que tarde o temprano podré volver a Italia y esta vez, lo conseguiré.

A diferencia de los días pasados, hoy el cielo está bastante despejado, se había pronosticado un día soleado y sin lluvias. Trabajar con Tonio en el restaurante ha sido muy agradable, incluso he aprendido muchas técnicas culinarias que desconocía por completo. Llegué un poco temprano al trabajo porque ayer Josuke se quedó hasta tarde conmigo trabajando en el proyecto y en caso de que hoy sucediera lo mismo me gustaría tener preparado algo de comida, hablé con Tonio y me ayudará a cocinar algo para llevar a casa.

—Listo, ya terminé de acomodar las mesas —me apresuré a decirle, cuanto antes tuviéramos todo listo para la hora de la apertura, más tiempo tendríamos para que me pudiera ayudar a cocinar algo para Josuke y para mí.

— ¡Mamma mia, Jane! Arreglaste todo bastante rápido, imagino que tu cita debe ser muy importante, vayamos a cocinar cuanto antes —contestó.

—No es una cita, solo vamos a trabajar en un proyecto escolar —no entiendo porque me alarme tanto al escuchar la palabra cita.

—Claro, si tú lo dices, ¿qué te parece si preparamos unos Ñoquis* con salsa de tomate y una de mis nuevas recetas de Risotto*? —respondió con un poco más de entusiasmo de lo normal.

—Suena bastante delicioso, pero no quiero causarte muchas molestias Tonio, ¿por qué no cocinamos algo más sencillo y rápido? —entiendo que él ama cocinar, más tampoco me siento bien al pedirle que me ayude con algo tan elaborado.

—Tonterías, anda, ayúdame preparando la salsa de tomate —una vez que Tonio decidía algo, era imposible hacerlo cambiar de opinión —. Por cierto, ¿Quién es tu cita? Conozco a prácticamente todas las personas en la ciudad.

—No es mi cita. Higashikata Josuke, tengo entendido que ya lo conoces, él y Okuyasu me contaron cuando visitaron tu restaurante por primera vez.

— ¡Ah! Josuke, sí, es un buen muchacho, me alegra mucho que estén saliendo, les prepararé un postre también —después de lo que dijo, no pude evitar sentir el color subir a mis mejillas —, unos cannoli* serán perfectos para los dos.

Es imposible hacer entrar en razón a Tonio, y sinceramente me sentía muy apenada y nerviosa con todos sus comentarios, así que simplemente continuaré preparando la comida y solo me queda esperar que si ve a Josuke no diga nada imprudente.

Unbreakable Bond (JosukexReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora