Karma colgó la llamada, se sentía algo intranquilo, no mentiría al decir que estaba sinceramente preocupado por aquel chico con pelos color naranja. Estaban en la hora de recreo, por ende Nagisa y Nakamura estaban con sus caras curiosas en sus narices.
Sus amigos amaban los cotilleos, aunque a él también le gustaban, claro, mientras aquellos cotilleos no lo vincularan a él.
— Karma ¿Con quien hablabas tan emocionado? — dijo Nakamura con un tono burlón, y con ganas de consumir un buen chisme como siempre.
El pelirrojo tomo un sorbo de su paquete de fresa, mientras sostuvo con su mano su celular, por ya experiencias pasadas, Nagisa los miraba pero no dejaba de comer, así que Karma no se preocupo tanto por él.
— No es alguien que sea de tu incumbencia — dijo Karma mientras la miraba con aires de superioridad ante la necesidad de la chica de saber aquello.
— Si no me lo cuentas, se lo diré al pulpo*, estoy segura que estará encantado de investigar por mí a la persona misteriosa. — le chantajeo Nakamura, Karma frunció el ceño y antes de hablar, un chico de pelo azul olvidado de la conversación salió a flote.
—No sabia que tenias el número de Asano, ¿Acaso ahora son amigos? — preguntó curioso Nagisa, que aprovecho la distracción de Nakamura y consiguió el teléfono de Karma.
— Tramposos — murmuró de malas, Akabane procedió a quitarle su teléfono a su mejor amigo y fulminándole con la mirada.
—¿Karma acaso están saliendo? ¡Cuéntanos como conseguiste su número! Por favor no mates de la curiosidad a estos pobres seres que solo se preocupan por obtener un buen cotilleo, mentira, obvio es por ti. — le molestó Nakamura, codeando el brazo derecho del pelirrojo que estaba irritado.
¿Asano y él saliendo? ¡Ja! La creatividad de Nakamura estaba trabajando más de lo usual, aunque tampoco podría decir que eran amigos.
No creía que por ayudarle aquella vez el pelinaranja lo consideraría automáticamente un amigo de confianza, ni mucho menos el chico se enamoraría de él, aquel chico no era muy confianzudo en primera estancia, aunque en la llamada sonaba muy agradable, cómo si de verdad fuesen amigos.
Karma no estaría disgustado si de verdad lo fueran, Gakushuu fue muy agradable cuando paso tiempo con él hace solo un día, o en aquella llamada donde no hubo momentos incomodos, hace dos días hubiese vomitado por la idea de charlar con el chico.
Aunque ya no odiaba a Gakushuu, y tal vez nunca lo hizo, no habían razones para odiarlo, tal vez la vez que tiro su caja de fresa, aunque al día siguiente el chico le dio unas dos cajas, aunque solo aparecieron mágicamente en el escritorio, Karma sabía que aquello fue obra de Gakushuu.
— Solo les puedo decir que ahora somos no nos llevamos mal y ni se les ocurra divagar mucho en ello. — medio amenazo Karma y sus amigos lo miraron extrañados pero las clases empezarían , así que volvieron al aula sin un comentario respecto a ello.
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