𝓖𝓾𝓮𝓻𝓻𝓪 𝓛𝓪𝓽𝓲𝓷𝓸𝓪𝓶𝓮𝓻𝓲𝓬𝓪𝓷𝓪 (𝓔𝓭𝓲𝓽𝓪𝓷𝓭𝓸)

𝙿𝚛𝚘𝚕𝚘𝚐𝚘

𝙽𝙾𝚃𝙰: 𝙷𝚘𝚕𝚊, 𝚑𝚊 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚖𝚙𝚘, 𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚌𝚊𝚖𝚋𝚒𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚝𝚘𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊, 𝚎𝚕 𝚝𝚒𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚌𝚛𝚒𝚝𝚞𝚛𝚊 𝚢𝚊 𝚗𝚘 𝚖𝚎 𝚛𝚎𝚙𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚜é 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛, 𝚊𝚜í 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚘𝚖𝚎𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚞𝚗 𝚛𝚎𝚖𝚊𝚔𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊, 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚊𝚜 𝚐𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜.

Las naciones se encontraban reunidas en la austera sala del edificio de la ONU. La tensión se palpaba en el aire como un hilo invisible que unía a todos los presentes. Cada nación estaba allí no solo por la convocatoria de la ONU, sino porque algo ominoso se cernía sobre ellos. El cuerpo diplomático de las naciones, acostumbrado a tratar con temas complejos, se veía ahora más vulnerable que nunca. Cuando la ONU convocaba a una reunión urgente, rara vez era por razones triviales.

El delegado peruano se retorcía en su asiento. El vacío en su pecho no era por temor a lo desconocido, sino como intuyendo de que algo grave estaba por suceder. Alzó la vista cuando las puertas se abrieron, y la figura de la ONU, simbólicamente majestuosa, casi celestial, entró con paso lento y solemne. Sus enormes alas blancas brillaban suavemente bajo las luces, y la corona de hojas azules que llevaba en la cabeza parecía brillar como cristal, reflejando una mezcla de esperanza y poder.

La figura lo miro dándole una hermosa sonrisa mientras se dirigía a su silla con una mirada de autoridad, y, al sentarse, todos los delegados se pusieron de pie en un acto de respeto y temor.

ONU: "Buenos días a todos. Supongo que la mayoría de ustedes se está preguntando por qué hemos convocado esta reunión."

El murmullo entre los representantes fue inmediato. Todos parecían compartir la misma duda. La ONU no solía convocar a las naciones a este tipo de reuniones sin una razón de peso.

ONU: "No se preocupen, no es algo tan grave como muchos podrían pensar. He decidido reunirlos para discutir los problemas económicos y sociales que afectan a sus respectivos países. Necesitamos encontrar una solución común, un camino hacia la estabilidad. Muchas de sus economías, sus recursos, sus mercados... están al borde del colapso. Y la causa, lamentablemente, es común: la corrupción, el desinterés y la falta de compromiso global."

Una ligera sonrisa cruzó su rostro mientras tomaba la palabra de nuevo.

ONU: "Comencemos con Afganistán."

A medida que la ONU mencionaba las causas del deterioro mundial, los países empezaron a intercambiar miradas. Algunos se sentían incómodos, otros avergonzados. Pero una tensión palpable se apoderaba de la sala.

La discusión pasó de un país a otro: India, Brasil, Irán, Turquía. Todos expusieron sus dificultades, sus luchas internas, y cómo los países más poderosos habían jugado un papel clave en el debilitamiento de sus economías. Cuando parecía que la sesión llegaba a su fin, la atmósfera había cambiado. La ONU estaba a punto de pronunciar su clásico discurso de cierre cuando, sin previo aviso, una voz resonó con fuerza en la sala. Era una voz poderosa, conocida por todos los países, pero que en ese contexto resultaba inquietante.