Me despierto. Sábado. Por fin. 11:00. A las 12 he quedado con Marta para irme a comer a su casa, y seguramente me quede a dormir, no lo sé. Me visto y bajo a desayunar, cereales y leche entran a mi estómago, me pongo los zapatos, me maquillo un poco y me cepillo el pelo con delicadeza. Mi pelo es precioso, me encanta.
Camino hacia casa de Marta que está en la otra punta del pueblo. Miro el móvil, subo una foto a Instagram y lo guardo en el bolsillo de mi fina sudadera, sin esperármelo el móvil vibra y lo cojo, es un número desconocido y abro la conversación.
-Ale, necesito quedar contigo, por favor, quiero explicártelo todo, no he podido hablar contigo en serio, no podía contactar contigo, mi hermano sabe lo mal que lo he pasado, por favor, sólo quiero hablar contigo, nadie dice que volvamos a ser lo que en un pasado fuimos. Por favor. Te espero a las 5 en la plaza que hay en el centro, te quiero mucho, más de lo que crees. Por cierto, soy Jesús.
Leo el mensaje como 20 veces para estar segura de lo que leo, me pellizco e incluso me doy en la cabeza para saber si es sueño, tengo que contárselo a Marta porque hoy estaría en su casa, llego y llamo.
-Voy- dice mi mejor amiga alargando la o.
-Tía, tengo un problema- le digo.
-¿qué pasa?- me dice con cara de pilla porque sabe que no es un problema triste. Marta es como si te leyera la mente.
-¿Recuerdas lo que te conté en verano de los gemelos esos no?- Ella asiente dándome paso para seguir. -Son los que estaban el otro día en mi casa- Ella se lleva las manos a la boca pero yo sigo hablando- Cagate, que Jesús que es con el que me lié quiere quedar conmigo.
-AAAAAAAAAAAA tíaa si si si, tienes que ir- me dice saltando por su sofá. Quiere que vaya, pero también quiere otra cosa, y esa cosa es alguien, y ese alguien es Dani.
-Vale, esta bien, iré, ahora vamos a comer y me ayudas a elegir la ropa. -ella asiente, está emocionada por lo que lo está.
-Ale, ¿si volvéis aunque sea a ser amigos..? ¿Me presentas mejor a Dani?- Me pregunta, parpadea muchas veces y coloca sus manos en el cuello, pegada una con la otra y así poner cara de corderito.
-Vaaaale. Pero porque eres tú- Digo haciéndome la que se lo piensa.
-Ay gracias. Te amo, te amo, te amo.- dice mientras me da muchos besos en la mejilla.
Comemos y nos ponemos a ver la tele. Son las 4 y empiezo a vestirme, me pongo unos vaqueros y una sudadera combinada con un pañuelo, cojo mis airmax blancas, le doy un beso a Marta y me voy.
Llego a la plaza y él ya está allí, a lo mejor cree que no iré porque no contesté, quien sabe. Pero entonces me ve y sonríe.
-Hola- me dice mientras me da dos besos. -Creía que no vendrías- sigue relatando.
-No soy de esas que va dejando tirada a la gente.- le contesto.
-Quiero explicártelo. -Me dice, esta vez serio.
-Empieza. - Le digo, sergura de mi misma.
Empieza a hablar, en el momento que empieza, me quedo mirándole, observando cada detalle de su cara, esos ojos marrones en los que me perdía, esos labios que me daban los buenos días y las buenas noches, su pelo, el que me encantaba tocar cuando no podía dormir y mis padres ya estaban dormidos, y es que lo quiero, y estoy enamorada de él, física e interiormente. Algo me saca de mis pensamientos.
-¿Me escuchas?- Me dice. Se a ido acercando y no me he dado cuenta, está a 5 centímetros de mi. La tentación me puede, y entonces, cometo el mayor error de mi vida.
-Bésame.- Le susurro. Y lo hace, lo hace tan bien que se me había olvidado de como era porque los demás no sabían ni la mitad de bien que él. Terminamos y nos separamos, otros 5 centímetros entre nosotros.
-Creo que es mejor que seamos amigos- Le digo, dejándolo desconcertado. -Mañana hablamos- Prosigo. Pero antes de levantarme del banco en el que estamos sentados, me agarra de la mano y me da un pequeño y suave beso.
-Adiós amiga- Me dice mientras sonríe.
Y no sé que acaba de pasar, sólo hice lo que el cuerpo me pedía. Llego a casa de Marta y la veo impaciente.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué tal? ¿Qué te ha dicho? -Pregunta rápidamente.
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Que difícil es no tenerte.
Roman d'amourHola, me llamo Ale, bueno, Alejandra. Chica normal, bajita, y morena, ojos marrones y piel blanquita. 14 años, sevillana. Y esta es mi historia.