Faulty Omega [AsaKaru]

[ Capítulo 2 ]

Al día siguiente, después de tomar los supresores que la enfermera le había regalado, Karma visitó a su especialista familiar.

Habían pasado cerca de seis meses desde que había dejado de asistir a sus citas. Probablemente el pobre doctor beta estaría más que sorprendido al verlo ahí.

Cuando entró al hospital, saludó a la recepcionista y esperó su turno.

Finalmente, a las 12:00 llegó su hora.

—Akabane Karma... —llamó la enfermera.

Con su típica sonrisa burlona ingresó al consultorio. Tal y como había previsto, el médico se sorprendió gratamente.

— ¡Oh! ¡Pero si es Karma-kun! Comenzaba a pensar que te habías mudado a otro país o algo así. —comentó el doctor, Tanaka Makoto. A Akabane siempre le había agradado que lo tratara con familiaridad.

Tomó siento en una de las sillas, desparramándose en la misma.

—Pensé en hacerlo, ¿pero quién putearía a mi apreciado doctor si yo me iba?

El especialista lanzó una cadcajada.

—Me alegra verte de nuevo. —concluyó, buscando en un cajón los expedientes del omega. — ¿Qué te trae por aquí?

A pesar de su sonrisa burlona, al adolescente le costó bastante encontrar las palabras con las que explicar su situación.

—Entré en celo por primera vez ayer, en la academia.—comenzó. —Parece que inhalé unas estúpidas feromonas y comenzó mi calor.

Tanaka lo pensó algunos momentos.

—Es realmente curioso, porque según el expediente, ningún medicamento tuvo efecto contigo. —El mayor revisó por última vez los datos, antes de finalmente volverlos a guardar. —Las feromonas pudieron haber inducido el celo. ¿Fue algo demasiado fuerte? ¿O fue tolerable?

—Al principio dolió como un demonio. —El chico casi sintió la sensación volver. —Después de los supresores que la enfermera del instituto me dio, no sentí nada.

Makoto soltó un suspiro.

—Como no existen precedentes, es complicado adivinar realmente lo que sucedió. —explicó, cruzando los brazos y recargándose en su silla de escritorio. —Te recomiendo hablar con el o la alfa sobre la situación, y estar en contacto con sus feromonas. Quiero que entiendas muy bien la situación en la que estás, Karma.

El susodicho borró la sonrisa de su rostro. La atmósfera se volvió tensa; después de todo, era un tema muy dificil de tratar.

»—Puede que esa persona sea tu pareja destinada, Karma.

Sintió ganas de reir. ¿Qué, el doctor había leído mucha ficción o qué diablos estaba pasando?

—Esas cosas no existen, Tanaka-san.

—Son reales, Karma-kun. —contradijo el más grande, con una voz suave y amable. —Los casos son contados, pero definitivamente existen. No trates de negar la realidad.

Suspiró de nuevo.

Genial, ahora tenía más cosas en las que pensar.

—Cómo sea, ¿eso es todo por hoy?

—Así parece. Los supresores que te dieron son adecuados, así que te recetaré los mismos en caso de una emergencia. —Él tecleó en su computador varias cosas, antes de que por la impresora en la esquina de la habitación, saliera la receta impresa. —Toma. Ten en mente mis recomendaciones, ¿esta bien?