Capítulo 3°- Recuérdame

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Todo a su alrededor fue cubierto por una atmósfera que no podía definir. Era una sensación extraña, un sentimiento que nunca había experimentado y, aun así, no comprendía porque esas voces que circulaban dentro de su mente le gritaban con tanta insistencia que la escena de Yoongi abrazando a ese chico que apareció en su vida, no era tan desconocida como él lo imaginaba. Giró su cabeza al lado contrario, negándose a seguir presenciando aquella demostración de afecto entre ambos y la cual le irritaba inexplicablemente. Trató de prestarle atención a algo que fuese menos molesto, tal y como lo era ese elaborado reloj metálico que decoraba la habitación.

—¿Qué está pasando? —deliberó Jungkook con desconcierto, percatándose que las diminutas manecillas que antes se mantenían en movimiento ahora estaban detenidas.

Solo fue un segundo, un breve parpadeo que bastó para cambiar drásticamente todo lo que lo rodeaba, haciéndolo espectador y protagonista de una historia que hasta el día de hoy se encontraba oculta entre las sombrías tinieblas de sus recuerdos. La sala de ensayos, los instrumentos y demás aparatos se habían esfumado de su vista. Inclusive Hoseok y Namjoon se habían desvanecido en el aire de forma inexplicable. Volteó de izquierda a derecha en constantes ocasiones intentando encontrar algún indicio que le ayudara a comprender mejor lo que estaba ocurriendo, sin embargo, su sorpresa fue demasiado grande cuando lo único que se topó en su camino fue aquella zona boscaje repleta de árboles y naturaleza.

—¿Qué demonios es esto? —empezó a decirse, advirtiendo que sus pantalones, camisa y chaqueta habían sido reemplazados por un traje de tipo tradicional, el mismo que solo había visto en los relatos históricos transmitidos por la televisión.

Avanzó entre los frondosos árboles retirando de su camino las ramas que le impedían llegar al final del sendero que recorría. Se detuvo por un instante, lo suficiente para terminar de reconocer a la persona que se hallaba unos metros más en la lejanía.

—Ese es, ¿Yoongi? —debatió Jungkook al ver la silueta del guitarrista, el cual también vestía ropas semejantes a la suyas.

Estaba por romper la poca distancia que les separaba, no obstante, otro ser llegó a formar parte de ese insólito suceso que con el paso del tiempo entendía menos.

—Taehyung —pronunció el nombre del joven que con semblante radiante se aproximaba a Yoongi aferrándose a él, tal y como lo hiciera minutos atrás en su propia realidad.

Soltó una ligera risa intentando destruir la clara incomodidad que sentía recorrerlo, pero todo era inútil. La sonrisa que surcaba sus labios se transformó en una mueca fría y llena de severidad, no alcanzando a razonar en los motivos que lo guiaron a caminar en esa trayectoria específica. Ya no tenía el control de su cuerpo o de las acciones que este provocaba, solo deseaba que la idea que danzaba furiosa dentro de su cabeza se cumpliera, aun si su precio era demasiado elevado.

—¡Suéltalo! —dijo enfadado mientras tomaba la mano de Taehyung entre la suya con el propósito de alejarla del lado de su amigo.

—Jungkook, ¿estás bien?

Escuchó la voz de Hoseok llamarlo.

Parpadeó una y otra vez tratando de encontrarse de nuevo en con ese impresionante bosque en el que con anterioridad estaba atrapado, pero solo pudo ver la misma sala de ensayos en la que estuvo desde un principio.

—Jungkook, ¿en verdad conoces a este chico? —ahora era Namjoon quien hablaba, mirando con curiosidad el momento de arrebato que había tenido el guitarrista, una acción que desencajaba en todos los sentidos con su acostumbrada personalidad. El bajista sonrió con discreción al observar a Jungkook, quien al reparar en su constante escudriño soltó la unión que mantenía con Taehyung.

Plumas Negras (KookV/VKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora