Un año. Ya había pasado un año desde que sus padres se casaron y se encontraba viviendo con ellos y sus hermanos, sinceramente no le gustaría que ese matrimonio acabará, al principio detesto la idea pero ahora era más feliz que nunca. Tenía amigos y no estaba solo nunca.
Pero...no todo era color de rosa. Las cosas con Dazai no eran las mejores, con suerte se llevaban bien y se la pasaban peleando.
Todavía recordaba el primer intento de suicidio que presenció. Casi se le escapaba el corazón del pecho y hasta estuvo por llorar de impotencia al no saber que hacer o como ayudarlo. Ahora ya era normal y hasta lo ayudaba pero siempre salía mal. Ni eso podía hacer ese inútil.
Ese día fue igual a los otros, aburrido. Y ahora estaba solo con Dazai mirando una película de horror, la cual, fue obligado a ver. Yosano estaba en casa de una de sus amigas y Ranpo estaba con Poe, su "amor secreto" de secreto no tenía nada pero eran dos idiotas.
Y si fuera poco, estaba lloviendo como si el mundo fuera a acabarse esa misma noche.
Desde la última vez que vieron alguna película de horror tuvo pesadillas por una semana y sabía que hoy no sería la excepción. Odiaba que Akiko no estuviera ahí, ella era como su segunda madre y siempre que volvían esas pesadillas estúpidas, ella amablemente le dejaba quedarse en su cuarto.
No terminaron de ver la película para cuando Mori los mando a dormir casi a patadas.
Y ahora estaba acostado con la espalda contra la pared, observando la puerta y esperando a que aquel asesino de la película fuera por él. Si, eran las dos de la mañana y no logro dormir ni una hora que despertó.
Al tercer trueno en los últimos diez minutos, se levantó de la cama y con la almohada entre sus brazos salió de la habitación, sintiéndose completamente humillado al tener que hace esto.
Sus pasos eran cortos y silenciosos, lo suficiente como para no despertar a alguien o asustarse él mismo. Sabía que Dazai estaba despierto, así que solo debía tocar la puerta y esperar a que abriera, mejor que colarse en su habitación y tirarse a su lado.
Antes de que el castaño abriera la puerta escondió la almohada en su espalda por si este se negaba a dejarle pasar la noche en su habitación.
-¿Chibi?- tallo uno de sus ojos y bostezo. Chūya podría ser lo que quieras menos estúpido. Sabía que estaba despierto jugando con su teléfono-. Son como las tres de la mañana, ¿Que haces aquí?
-Ah...b-bueno...- tartamudeo, sintiéndose patético al no poder preguntarle si podía quedarse, sabía que esté rápidamente se burlaría por tenerle miedo a una película que obviamente no le pasaría nada de eso, ¡Pero al final decía "basada en hechos reales"!
Soltó una pequeña risita y Chūya frunció el entrecejo, ya lo sabía.
-¿Tienes miedo por la película?-le pregunto con una sonrisa burlona, acercándose a él y agacharse un poco para verle fijamente a los ojos sin que tenga que romperse el cuello en mirar hacia arriba.
Chūya decidió tragarse su orgullo y por más que tenía en mente que ese momento Osamu lo usaría para burlarse de por vida, decidió preguntar de todas formas:
-¿Puedo quedarme aquí?
Esperaba más burlas y una gran carcajada, pero nunca llegó.
Osamu se hizo a un lado, dándole a entender que podía pasar.
Chūya, involuntariamente soltó una pequeña sonrisa y se adentro en la habitación.
Tiró la almohada en el suelo y antes de acostarse en este mismo, Dazai lo sujeto del brazo y levantó la almohada, dónde la tiro en la cama.
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Indebido.
RandomA veces la tentación puede mucho más que uno mismo y a veces, terminas cometiendo errores de los que algún día podrías arrepentirte, pero ellos no se sintieron así. Se sintieron bien al saber que corrían el riesgo de ser descubiertos. Mori Ougai ti...