Capítulo uno

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Un año. Ya había pasado un año desde que sus padres se casaron y se encontraba viviendo con ellos y sus hermanos, sinceramente no le gustaría que ese matrimonio acabará, al principio detesto la idea pero ahora era más feliz que nunca. Tenía amigos y no estaba solo nunca.

Pero...no todo era color de rosa. Las cosas con Dazai no eran las mejores, con suerte se llevaban bien y se la pasaban peleando.

Todavía recordaba el primer intento de suicidio que presenció. Casi se le escapaba el corazón del pecho y hasta estuvo por llorar de impotencia al no saber que hacer o como ayudarlo. Ahora ya era normal y hasta lo ayudaba pero siempre salía mal. Ni eso podía hacer ese inútil.

Ese día fue igual a los otros, aburrido. Y ahora estaba solo con Dazai mirando una película de horror, la cual, fue obligado a ver. Yosano estaba en casa de una de sus amigas y Ranpo estaba con Poe, su "amor secreto" de secreto no tenía nada pero eran dos idiotas.

Y si fuera poco, estaba lloviendo como si el mundo fuera a acabarse esa misma noche.

Desde la última vez que vieron alguna película de horror tuvo pesadillas por una semana y sabía que hoy no sería la excepción. Odiaba que Akiko no estuviera ahí, ella era como su segunda madre y siempre que volvían esas pesadillas estúpidas, ella amablemente le dejaba quedarse en su cuarto.

No terminaron de ver la película para cuando Mori los mando a dormir casi a patadas.

Y ahora estaba acostado con la espalda contra la pared, observando la puerta y esperando a que aquel asesino de la película fuera por él. Si, eran las dos de la mañana y no logro dormir ni una hora que despertó.

Al tercer trueno en los últimos diez minutos, se levantó de la cama y con la almohada entre sus brazos salió de la habitación, sintiéndose completamente humillado al tener que hace esto.

Sus pasos eran cortos y silenciosos, lo suficiente como para no despertar a alguien o asustarse él mismo. Sabía que Dazai estaba despierto, así que solo debía tocar la puerta y esperar a que abriera, mejor que colarse en su habitación y tirarse a su lado.

Antes de que el castaño abriera la puerta escondió la almohada en su espalda por si este se negaba a dejarle pasar la noche en su habitación.

-¿Chibi?- tallo uno de sus ojos y bostezo. Chūya podría ser lo que quieras menos estúpido. Sabía que estaba despierto jugando con su teléfono-. Son como las tres de la mañana, ¿Que haces aquí?

-Ah...b-bueno...- tartamudeo, sintiéndose patético al no poder preguntarle si podía quedarse, sabía que esté rápidamente se burlaría por tenerle miedo a una película que obviamente no le pasaría nada de eso, ¡Pero al final decía "basada en hechos reales"!

Soltó una pequeña risita y Chūya frunció el entrecejo, ya lo sabía.

-¿Tienes miedo por la película?-le pregunto con una sonrisa burlona, acercándose a él y agacharse un poco para verle fijamente a los ojos sin que tenga que romperse el cuello en mirar hacia arriba.

Chūya decidió tragarse su orgullo y por más que tenía en mente que ese momento Osamu lo usaría para burlarse de por vida, decidió preguntar de todas formas:

-¿Puedo quedarme aquí?

Esperaba más burlas y una gran carcajada, pero nunca llegó.

Osamu se hizo a un lado, dándole a entender que podía pasar.

Chūya, involuntariamente soltó una pequeña sonrisa y se adentro en la habitación.

Tiró la almohada en el suelo y antes de acostarse en este mismo, Dazai lo sujeto del brazo y levantó la almohada, dónde la tiro en la cama.

Indebido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora