Miro con desaprobación al menor y nego con la cabeza, soltando un largo y pesado suspiro. Era la tercera vez en el mes que venía a la enfermería lastimado de aquella forma. Las peleas con algunos de sus compañeros y chicos que ni siquiera pertenencia a la misma institución eran más constantes que antes. Desde aquella vez dónde terminaron por expulsar al robusto chico que busco pelea, sus amigos regresaron en busca de "venganza" totalmente innecesaria según ella, el que busco pelea fue su amigo y culpa de eso su hermanito regresaba todo golpeado a casa.
Y de eso ya había pasado un año, estaba cansada y le gustaría ir a darles una paliza a esos idiotas si es que Chūya no lo hacía antes.
Estaba cansada.
Termino de vendar su rostro y se cruzó de brazos, esperando su tan ansiada explicación de casi todos los días.
Yosano ayudaba en la enfermería cuando tenía tiempo libre o era totalmente necesario, como aquella vez que tres de sus compañeros se lastimaron, no tan gravemente como para tener que llamar a una ambulancia pero si lo suficiente para ser tratados enseguida. Y como tantas veces como aquella, ella era quien curaba las heridas de sus hermanos: Chūya por meterse en peleas; Dazai por intentos fallidos de suicidio y Ranpo por despistado.
Aprovecho que Mori era un doctor y siempre que podía le enseñaba lo que pudiera con el escaso tiempo que pasaban juntos o en la mayoría de casos; ir juntos al hospital donde trabaja.
Y la respuesta fue la misma de siempre:
-Ellos empezaron.-se levantó de la cama y se despidió, agradeciéndole y disculpándose por molestarla nuevamente.
Caminaba lo más rápido que podía por los pasillos casi llenos, totalmente raro ya que era la hora del almuerzo. A estas horas los pasillos estaban desiertos, si te cruzabas con alguien era pura casualidad, siempre estaban en la cafetería o el patio, sinceramente nadie querría andar por ahí sabiendo que pasaban dentro de aquellos salones la mayor parte del tiempo.
Cuando llegó a la cafetería se dió cuenta que no podían pasar por quién sabe qué mierda había pasado, así que se daría la vuelta y buscaría a sus amigos.
-Ya se me hacía muy raro...-susurro, caminando hacia su salón de clase, dónde probablemente, Akutagawa, Higuchi y Tachihara estarían comiendo o contando chistes sin gracia.
Paso lo que quedaba de receso con ellos conversando de cosas triviales, hasta que el receso acabo y tuvieron que regresar cada quien a su lugar.
🍁•🍁
El camino a casa nuevamente fue para nada silencioso, sobretodo teniendo en mente que iban con alguno de sus compañeros. Kunikida y Poe fueron obligados a ir por parte de los mayores, con la excusa de terminar algún que otro trabajo, una mentira demasiado creíble por parte de Ranpo, mientras que Yosano si decía la verdad, tenían mucho trabajo.
Y cuando digo ruidoso solo por los hermanos y Kunikida intentando callarlos, porque Poe iba rígido, estaba muy nervioso de ir a casa de Ranpo, había ido antes una o dos veces pero ahora estarían solos en su cuarto y eso le gustaba pero temía hacer alguna idiotez.
Una vez llegaron cada quien se fue por su lado; Yosano y Kunikida se fueron a la biblioteca. Chūya se quitó los zapatos y se fue corriendo a la sala, su serie estaba por comenzar y la de Dazai también, así que comenzarían a pelear por el control, obviamente el castaño fue detrás de él. Y ahora, Ranpo y Poe subían las escaleras hacia la habitación del menor.
-¡Yo llegue primero!- exclamó el pelirrojo, subiéndose al sillón, intentando que el castaño no le robará el control.
-¡Tú miraste ayer!- reclamó, subiendo también, intentando arrebatarle el control el pelirrojo salió corriendo escaleras arriba.
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Indebido.
RandomA veces la tentación puede mucho más que uno mismo y a veces, terminas cometiendo errores de los que algún día podrías arrepentirte, pero ellos no se sintieron así. Se sintieron bien al saber que corrían el riesgo de ser descubiertos. Mori Ougai ti...