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Aquel pelinegro, ajustaba los últimos detalles de su elegante traje de novio, aún recuerda cuando era niño y juraba casarse con una joven bonita, pero la vida da muchas vueltas y había terminado comprometido con un hombre, el amor de su vida... se casaba con Wang Yibo, ese maravilloso chico que lo supo conquistar con su sonrisa y sus atenciones.

—Hijo te ves divino— su madre estaba ahí para apoyarlo al igual que su padre.

Agradecía enormemente que sus padres lo apoyaran y no pegarán el grito en el cielo por el hecho de que su único hijo se había enamorado de un chico y no de una chica como pensaban hace algunos años.

—Opino lo mismo que tu madre, me cuesta un poco dejarte ir, siempre fuiste el niño de nuestros ojos y aún lo seguirás siendo. Agradezco también que en este día te cases con la persona que tu corazón eligió, en palabras más simples espero que seas muy feliz con Wang Yibo— añadió su padre con lágrimas en los ojos

—¡Vamos papá, no llores!— Xiao Zhan se acercó a su padre y lo abrazó

—Es que eres mi único hijo y estás por casarte, pero es natural, los hijos deben abandonar el nido para formar una nueva familia.

El corazón de Xiao Zhan se encogió, quería mucho a sus padres y de algún modo le dolía separarse de ellos, pues con sus 29 años aún seguía viviendo con ellos y ahora desde ese día viviría con su esposo en un hermoso departamento que escogieron ambos con ayuda de su suegra la señora Wang y su madre.

—Ya basta de llorar, debemos estar felices, por qué nuestro pequeño A-Zhan se casa con un hombre maravilloso como Wang Yibo— suspiro su mamá uniéndose al abrazo.

Claramente era un día feliz para Xiao Zhan, aún recuerda lo romántico que fue su querido Yibo al pedirle matrimonio en medio de aquel campo de flores de canola.

—Toma esto, le perteneció a tu abuelo y luego a mi, según tu mamá dice que debes utilizar algo nuevo, algo viejo y algo prestado, así que permíteme darte algo viejo pero muy significativo para nuestra familia— con cuidado desabrochó aquel reloj de correas color café que adornaba su muñeca para dárselo a su hijo —Se lo mucho que te gustaba este reloj cuando eras un adolescente y que siempre querías que te lo diera, hoy es el momento justo para que pase a tus manos— los ojos de Xiao Zhan brillaron al ver el significativo gesto de su padre al darle una reliquia familiar como lo era ese reloj de piel.

—Gracias papá, ¿Me ayudas a ponermelo?— Dijo con una gran sonrisa —Por supuesto, hijo, tus amigos vienen pronto, tienen algo que entregarte de parte de tu amado— sonrió abrochando aquel reloj a la muñeca de su hijo.

—Nosotros nos adelantamos ZhanZhan, por favor no tardes mucho con tus amigos o Yibo se puede arrepentir al ver que su futuro esposo es muy impuntual— la señora Xiao estaba completamente feliz que tenía unas cuantas bromas bajo la manga para aliviar los nervios de su niño consentido.

—Por supuesto que no mamá, ¡Bo-Di no puede arrepentirse!, ¡Soy el amor de su vida!— dijo con orgullo.

—Claro que lo eres, no se si tú eres el afortunado al casarte con un hombre tan amoroso como Wang Yibo o él al llevarse al mejor hombre sobre la tierrra— su madre soltó unas lágrimas mientras abrazaba a su padre —Y ya nos vamos pequeño Zhan— su progenitor y su madre salieron de su habitación.

—¡Soy el hombre más afortunado en este planeta— nuevamente se vio en el espejo, su traje blanco lucía su figura y también su —pureza— como le había dicho su futuro esposo.

—ZhanZhan, vamos a entrar— grito JiLi completamente emocionado y tras un —¡Pasen!— por parte de Xiao entraron, Wang Zhou Cheng, Meng Ziyi, Xuan Lu y el nombrado anteriormente.

-520- YiZhan. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora