PRÓLOGO

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Recuerdo aquellos suspiros, miradas dulces y risas encantadoras, como el tono de tu voz viajaba desde mis oídos hasta mi corazón, abrazandolo y dándole calor. Aquellas tardes en las que solo éramos tu y yo... sólo nosotros dos.

Dos simples chicos ordinarios que sólo querían la compañia del otro para sentirse completos, en paz, seguros...

Admirando el cielo, buscando formas en las nubes como niños pequeños y cuando llegaba el atardecer discutimos el ¿por qué era morado y no violeta? , ¿por qué parecía que el Sol perseguía a la Luna como tratando de estar junto a ella? , como yo te perseguía intentando estar junto a ti, pero eso último, solo lo pensaba en mi cabeza, mientras observaba tu rostro y como tus ojos brillaban cada vez que el cielo se pintaba de esos tonos rojizos, naranjos y morados.

El aroma a lavanda de tu perfume que me daba calma cuando tenía esos malditos ataques de pánico; y como olvidar tu ridícula obsesión con tener el outfit perfecto, sin ninguna arruga y colores que combinaran, porque según tú, sí tu ropa no estaba en orden, te sentías un vago. Aún recuerdo la frase que decías sin parar, "el día que me vean con sudadera, tenis y pantalón deportivo, pensarán que me mude contigo".

No te imaginas la cantidad de noches que preferí imaginar vivir a tu lado que dormir y dejar que mi mente jugara cruelmente conmigo, recuerdo llamarte a altas horas de la noche, solo para escuchar tu voz y con el pasar de las horas oír como bajaba su volumen, te quedabas dormido y yo solo me despedía, " Gracias por escucharme, descansa".

Extraño los " Rubén, déjame dormir", " estás bien, ¿verdad? ", " ¿necesitas que vaya? ", " dejaré de decirte tontito hasta que dejes de serlo", "sabes que siempre estaré aquí, ¿cierto?".

Esa última frase sigue en mi cabeza, sigue dando vueltas y vueltas. ¿Mentiste? Ha pasado un tiempo desde que te llamé, como no respondías, comencé a enviarte cartas... una, dos, tres, seis, once...

Pero jamás respondiste ningúna de ellas...

¿Dónde estás?.

¿Ya me olvidaste?.

Ahora soy tu pasado... ¿cierto?...

Es por eso, qué me dí por vencido, ésta es, mi última carta...

Es por eso, qué me dí por vencido, ésta es, mi última carta

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ℍ𝕀ℝ𝔸𝔼𝕋ℍ •𝙻𝚊 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝙲𝚊𝚛𝚝𝚊•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora