Oneshots Kacchako

Fragancias

Tenues olores se extendían en el cuarto, como hierbas frescas y dulces, era pequeño, pero bastante cómodo para dos personas. Apagaron la luz, los días de verano traían lluvia que apenas escuchaban los susurros que lograban compartir.

—¿Hoy será tu primera vez?

—No.

Él sabía perfectamente que mentía, no podía verle a la cara, pero realmente sabía que estaba mintiendo, quizás para no quedar mal en el acto.

Se sentó alado de ella en la cama para tomar su mentón y apresar sus labios con los suyos, eran tiernos, lindos, eso pensaba la chica de lo nerviosa que estaba. Era algo difícil la situación en la que estaba, no perdería su primera vez teniendo relaciones con alguien tan frágil como el otro tipo que había escogido, al principio pensó en varios, encontrar al correcto era algo complicado.

Encontró a alguien correcto para ella, fue fácil que él la aceptara, al principio sintió que era algo extraño que aceptara de inmediato. Ella no tenía ningún sentimiento por él, pero quizás él sí...

Él agarra su muslo un tanto suave, intentaba ir paso a paso con ella para no lastimarla, en verdad él no quería sexo con ella, él quería hacerle el amor porque en serio la amaba más que su propia vida, él no quería comentarle nada para que ella no escapara al fin de sus brazos.

Delicados gemidos se escuchaban, besaba cada parte de ella, haciendo que se sintiera especial de hacerlo con él. Quito toda su ropa dejándola sin ninguna prenda, verla ahí tendida en la cama solo para él, era toda una locura. Acaricio cada curva y cada parte de su piel para complacer a su amada.

Solo era una noche, un momento. Entro en ella suavemente, gemía del dolor, si la primera ves es doloroso, y más ese ardor entre tu entrepierna no era tan placentero. Poco a poco fueron sintiendo placer y llegaron al final del tanto preciado acto.
Ya al amanecer la chica de cabellos castaños se retiro de aquel lugar, el se quedo en la cama mirando el techo, aun estaba su olor de aquella chica, fue una noche increíble para los dos, el hizo lo posible para que fuera cuidadoso con ella.

Pasaron días después y sucedió lo mismo, apagaban la luz y todo era amor, placer, y complicidad entre ellos. El día llegaba de nuevo y aquel hechizo que había parte de ella se esfumaba como el aire.  Francamente el notaba que en realidad no era el cuarto que olía a hierbas frescas, era realmente ella lo que olía.

--Hoy el aire huele a ti…

Susurro el, totalmente decepcionado por no decirle que en verdad la amaba, y no era simple sexo entre los dos, quería recordar con ella cada noche, cada día.
Ella era todo lo contrario solo pasar noches amada y deseada por aquel rubio, solo era sexo nada más lo que pensaba. A veces su autoestima era baja y pensaba que el no la llegaría amar.

Aun sabiendo que no eran correspondidos de cierta manera, caminaron rumbos diferentes, a pesar de distintas formas del tener sexo entre los dos y que el dejara inventar distintas formas de placer. Era culpa de ella por no sentirse suficiente para el, era culpa de el por no decirle la verdad y ahora ya no la tiene junto a ella. En fin los dos eran realmente estúpidos para decir la verdad.
Ninguno obtuvo lo que queria, así vivieron solos con aquel recuerdo de cuando eran jóvenes y tener un placer y amor de ensueño.

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La canción que me inspiré en esta canción se llama "hoy el aire huele a ti" de Luis Miguel. Es una bonita canción pero a la ves es triste al ver que el placer ciega el amor verdadero.