Oneshots Kacchako

¿Quien dijo amigos?

Despertar a lado de Ochako era algo a lo que Katsuki todavía no se acostumbraba. Al principio le parecía incomodo despertar casi todos los días con ella, pero al mirarla detenidamente con su cabello totalmente alborotado y sus guantes puestos para evitar que saliera flotando le provocaba ternura, algo que nunca aceptaría abiertamente.

—¿Ya despertaste, Katsuki-kun? —preguntó la castaña entre un bostezo y tallando sus ojos con suavidad.

—Sí. No pensaba despertante hasta más tarde —dijo el cenizo, apartando con sus dedos algunos mechones de cabello de la cara de Ochako—. Hay algo que quiero preguntarte, Cara redonda.

Katsuki llevaba mucho tiempo queriendo hacerle una pregunta importante para él, ya lo había intentado antes, pero siempre pasaba algo; lo interrumpían o Ochako desviaba el tema.

Ochako le sonrió dulcemente. Tapo su pecho con las sabanas, tomo las mejillas del cenizo y le dio varios besos en sus labios.

—Claro, pregunta lo que quieras.

—Pero prométeme que no vas a esquivar el tema, Cara redonda —dijo algo serio, pero feliz por recibir tal cariño de parte de la castaña.

—¡Esta bien! —exclamó—. Ahora dime tu pregunta, me muero de la curiosidad.

Katsuki estaba a punto de preguntar cuando unos golpecitos se escucharon contra la puerta. Ochako se levantó deprisa para recoger la ropa que se encontraba regada en el piso y algunos condones que usaron, Katsuki solo maldijo por lo bajo a quien fuera quien estuviera tocando para después levantarse y ayudar a la castaña.

—Ochako-chan, ¿estás despierta? —preguntó del otro lado de la puerta, la chica rosada, la mejor amiga de Ochako—. Es que quería saber si tienes una toalla sanitaria que puedas regalarme. Lamento molestarte tan temprano.

—¡Si! Ya voy, Mina-chan. Espérame, las estoy buscando.

—No te preocupes, Ochako-chan. Te espero.

Se puso su pijama lo más rápido que pudo, busco dentro de un botecito de su escritorio y saco varias toallas sanitarias. Abrió la puerta y le ofreció una gran sonrisa para evitar sospechas por parte de su mejor amiga.

—¡Muchas gracias, Ochako! Eres la mejor.

—De nada, para eso estamos las amigas, Mina-chan.

Ochako se despidió de Mina y cerró la puerta bastante aliviada de no ser descubierta. Katsuki salió del baño ya vestido, estaba bastante molesto con la chica rosada por interrumpirlo.

Ambos se miraron, aunque Katsuki aparto la mirada por lo molesto que estaba. Tomo su sudadera y se dirigió hacia la puerta con la clara intención de irse.

—Katsuki-kun, ¿estas... —se detuvo, la pregunta que quería hacerle tenía una respuesta muy obvia, y hacerla solo provocaría que discutieran. Algo que la castaña no quería—. No vemos en clase.

—Claro, Cara redonda —termino de girar la perilla de la puerta para salir de aquel cuarto.

Ochako solo lo vio irse con un gesto de preocupación, quería saber que lo había molestado, quería ayudarlo, pero no podía hacer nada si él no quería.
Ya era su último año en la UA, pasaban la mayoría de las noches juntos.

Todo se dio desde que Katsuki llevaba una extraña paz con Midoriya, empezó a estar más tiempo con él, lo que implicaba que conociera más a los amigos del peliverde, en especial a la castaña. Al principio era una relación de trabajo en equipo para sus entrenamientos, poco a poco se dieron cuenta que tenían gustos similares, así que empezaron a compartir más tiempo juntos, hasta que su relación empezó a distorsionarse por culpa de la castaña.