10 de noviembre. 20:39 p.m.
diez días después de halloween.El brazo me arde, tal y como si acabaran de lanzarme una inmensa cantidad de ácido encima. Siento como las prendas que recubren aquella parte se humedecen, volviéndose casi pegajosos por culpa de la sangre. Muevo la mano que no pertenece a la articulación herida, intentando taparlo y detener el líquido rojo que seguramente ya esté dándole un saludo a la persona frente a mí. Trato de alzarme otra vez, alejando la frente del piso de madera en el que nos encontramos, pero se vuelve una acción imposible en el momento preciso en que el dolor regresa, atacando con una fuerza mayor a la anterior.
— Te dije que teníamos asuntos de los que encargarnos tú y yo, ¿no? —Su pregunta es hecha con un tono susurrante que me roza la piel de la oreja izquierda. Separo los párpados, dejando que algunas lágrimas caigan, barriendo mis mejillas hasta chocar contra la madera, y así, permitirme observar con menos borrosidad su semblante: está agachado en frente de mí, con el arma entre sus dedos y los ojos hundidos en sangre—. En realidad me da un poco de pena que haya terminado así cuando te dí diversas oportunidades para dejar de escarbar en el pasado..., esto se ha vuelto tu culpa, debiste detenerte, Chan. Ya no ha nada que hacer.
Con sólo encontrarme de está forma, todo se resuelve, comienza a cobrar sentido. Si hubiera logrado resolverlo antes..., si hubiera visto las cosas tan obvias: acciones, relaciones, la tranquilidad con la que pasó desapercibido, demasiado cerca como para conseguir transformarse en un sospechoso del que todos lográramos poner nuestras dudas certeras sobre él. Debímos haberle escuchado cuando alguien lo nombró como posible encargado de todo esto, pero nos pareció imposible.
— Podemos cambiarlo. —Suelto con dificultad, utilizando la poca fuerza que se acumula en mi cuerpo para enderezarme apenas—. No diremos nada..., esto puede terminar de otra manera. No debe haber violencia, no es necesaría, sólo déjanos ir y prometo que nadie se enterará de esto nunca. Va a transformase en un secreto que sabremos esconder sin importar qué..., por favor.
— ¿Crees que soy idiota? —Muestra una sonrisa ladina, apenas dejando brillar su dentadura—. ¿Piensas que voy a caer en ese típico truco? Sé que lo dices únicamente para salvarte, cuando estés fuera de peligro, escupirás todo sin siquiera ponerte a razonar tus palabras. —Inclina su cuello, jugando conmigo gracias a su cara burlona. La parte delantera de su cabello empieza a caer contra su frente, dejando el claro la capa de sudor que le escurre de la piel.
En mi mente no logro borrar la imagen de que mi vida podría finalizar ahora mismo si no hago algo. Me arrodillo como puedo, todavía sujetando mi brazo herido con fuerza. Está acuclillado justo delante de mí, con los brazos apoyados por encima de sus propias rodillas, la pistola colgando de allí. Cuando diviso su intención de levantarse, comenzando a hacer fuerza con los pies, hago uso de las últimas energías encendidas dentro de mí, para regalarle un empujón con el codo, estirar las piernas hasta pararme luego de haber unos cortos pasos en mi trote y así iniciar a correr. Los pequeños escalones que conforman la escalera de la entrada crujen con fiereza cuando los golpeo con las suelas de las zapatillas, continuando con el sonido suave del pasto. Me detengo detrás de una de las tantas pequeñas casitas abandonadas de este lado del bosque, conteniendo mis respiraciones fuertes, pues él las escucharía si está cerca.
ESTÁS LEYENDO
보라ㅤ.ㅤ𝘃𝗶𝗼𝗹𝗮𝗲ㅤ𑁍
Fanfictionㅤ ───ㅤ𝗩𝗜𝗢𝗟𝗔𝗘ㅤᘝㅤ𝘁𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼ㅤ. . . Interrogatorios, policías de aquí hasta allá, miles de miradas acusatorias cuando eres llevado o llamado..., eso y muchas otras cosas más es lo que definen a nuestra escuela ahora mismo: un espacio...