C A P I T U L O 15

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                                  ¿NUEVA?



El día pasaba lento, caía tan pesado como el mismo planeta;
llevaba tan solo algunos días en ese sitio y ya queria huir.


Ruth, la mujer de sonrisa amable y de baja estatura le trataba de animar. Aunque era inútil para Jungkook, ese día simplemente no estaba de humor.

Le devolvía las sonrisas por amabilidad, era la única persona que no le había lastimado en ese lugar, podría decirse que sólo ella era su confianza. La mujer tenía una voz suave que le calmaba y le daba confianza.

Llegó la noche y con ello su nerviosismo. Taehyung siempre llegaba a las 9:00 en punto, eran las 8:50 ahora.

No quería verlo, sus ansias le carcomian la piel y  huesos, una parte de si queriendo desaparecer por completo.

No se dió cuenta cuando los diez minutos pasaron volando y a las nueve en punto lo vio cruzar por la puerta. Tan puntual, como siempre.

Tan autoritario... Como siempre.

Su cuerpo tembló, incluso su alma lo hizo.

– Señor Taehyung... Bienvenido a casa – dijo Ruth, saliendo de la cocina – La cena está lista, hice lo que me pidió: "salmón con crema de maíz".  – dijo amablemente la mujer.


– Gracias Ruth, te lo agradezco – dijo quitándose el saco y colgandolo en el perchero. – Sirve cuatro por favor uno para ti, para mí, para Jungkook y para nuestra nueva ayudante.


–¿A-ayudante?– dijo en voz baja, casi susurrando.

Vio pasar a una chica detrás de él. Masomenos de su estatura; delgada, piel pálida, muy bonita.

– Porfavor siéntete como en tu casa, Jungyeon  – Dijo taehyung, con una leve sonrisa y ese porte formal que aveces se cargaba.

–Que excéntrico- Pensó Jungkook–.

– Muchas gracias señor taehyung, es muy amable – dijo sonriendole coqueta, para después mirar a todo su alrededor, asombrada por el tamaño de la casa.

Pronto las demás sirvientas llegaron, eran 5 contando a Ruth.

– Muy bien, señoritas. Ella es Lee Jungyeon, nuestra nueva mucama. – dijo viendo cómo las otras sirvientas bajaban la cabeza.

La razón? Era muy simple: Las mucamas eran de un mayor rango que las sirvientas.
En la jerarquía primero sería el señor Yeon, el mayordomo y chófer del señor taehyung, después Ruth, la ama de llaves. La siguiente, sería la ahora nueva ama de llaves y hasta el final las demás sirvientas.

Las cuales llevaban meses esperando a ser ascendidas.

– Como saben, ella es la segunda al mando después de Ruth, sólo me faltaba una mucama para tener al servicio completo. – Dijo poniendo su mano sobre el hombro de la chica como si la estuviese presumiendo. Y es que se veía a leguas que no pasaba de los 25. –  Porfavor, tratenla bien; ella ya sabe cuál es su posición aquí, así que Porfavor no la agobien. Pueden retirarse. –

Sin más, las sirvientas se esfumaron a su respectivos cuarto. Las cuatro sirvientas dormían en una recamara grande, con dos literas y el espacio suficiente.
Ruth tenía una habitación propia, y ahora Jungyeon también tendria una.

– Permiso, iré a servir la cena – Dijo Ruth, desapareciendo por la cocina.

Jungkook estaba ido en sus pensamientos, su cuerpo dolía menos a pesar de todo el maltrato que había recibido duraría al menos dos días.

No quería mirar al hombre causante de su sufrimiento, nisiquiera porque sus profundos ojos prácticamente lo engullian.

– Jungkook, no me has recibido como se debe~ – dijo excéntrico, serio y sin preámbulos. –  Sabes lo que puede pasar si me haces enfadar.

No faltó más para que el pequeño se levantará de su sitio y fuera hasta donde él, con cara de hastio.
No había más miedo, había enojo, quería destrozarle la cara por haberle hecho todas esas cosas, él era un ser humano, no un muñeco de trapo para que lo manejaran a su antojo; sin embargo, debía hacerlo si no quería salir más lastimado o peor aun.

Muerto

– Amo, Bienvenido a casa – dijo cuando estuvo frente a él, mirándolo hacía arriba. Recibiendo una pequeña caricia sobre su mejilla. –

– Jungyeon, Porfavor atiende a Jungkook en todo lo que te pida. – Dijo viendo al menor, acariciando su suave y magullado rostro. – Será tu trabajito especial.

Dejo el contacto con el menor cuando Ruth los llamo a todos a cenar, sólo los de alto rango podían cenar en la mesa.
En este caso, Taehyung ocupaba centro de la mesa, Jungkook a su derecha, a su lado, Ruth y del lado izquierdo, Jungyeon y el señor Yeon.

A Taehyung le gustaban las cenas silenciosas y pacíficas,
con los cubiertos y la elegancia necesaria. Era un hombre de poder y clase, lo demostraba incluso en sus comidas.


+Termino la cena+


– Jungkook, ayuda a Ruth con los platos, después te puedes ir a dormir – dijo levantándose de la mesa.  Retirándose  con Jungyeon para mostrarle la casa y su habitación.

– Si, amo. – dijo levantándose y asintiendo leve, acompañando a Ruth hasta la cocina.


–pov Taehyung–


Fui mostrándole de a poco la casa a la nueva empleada terminando en su habitación.

–Aquí es, tu nueva habitación – dijo abriéndole la puerta.

La chica miró todo asombrada, lo grande que era esa recamara. Fácil era del tamaño de su sala en la casa de sus padres.


– Comenzarás tus labores mañana, aquí todos madrugamos. Para ti el día comienza a las seis de la mañana, ya sabes que hacer –  agregó el mayor


–Esta bien, señor Kim, sólo tengo una pregunta – Dijo la muchacha. Sonriendo un poco avergonzada. – Ese chico, Jungkook... ¿Por qué lo llama amo?

¿A-amo? TAEKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora