C A P I T U L O 24

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Cuando los gemidos cesaron de aquella habitación, el aire se volvió pesado, un poco difícil de respirar.
Yeang calló sobre el pecho del mayor, suspirando cansado.

Había llegado desde hace 2 meses exactos, meses en los que Taehyung sólo lo veía para el sexo; pero algo comenzaba a encenderse dentro de él, sentía felicidad, esa que anheló por mucho tiempo; pero jamás la había tenido tan presente como en ese momento.
Los encuentros sexuales entre ambos eran constantes y habían comenzado al mes de que llegó el menor a la casa. El mayor siempre lo sorprendía en cualquier hora, con besos cálidos que luego se convertían en más; caricias, roses, hasta finalmente llevárselo a la cama.
Aunque el menor no se quejaba en nada, Taehyung daba un buen sexo y el también tenía necesidades. Era un juego de ganar ganar.

– Tae, ¿Me puedes llevar al parque hoy? – preguntó el menor, haciéndole "ojitos" sabiendo el efecto que causarían.

– Pero si fuimos ayer, no podemos ir todos los días – respondió Taehyung quitándoselo suavemente de encima para acomodarlo a su lado.

– Anda~ es que me gusta ir a caminar y en ese parque hay muchos perritos, a blak también le gusta ir – agregó con un tono un poco caprichoso. –

El mayor Suspiró cansado, rodando los ojos hacia el cielo y pensando en que haría con él, era como un niño.

– Porfavor~ –

– Lo estoy pensando – Dijo riendo levemente , cerrando los ojos. El sueño hacía acto de presencia y como no, después de tal orgasmo.

– Piensa más rapido~! – vio como el mayor comenzaba a quedarse dormido, ¡ja! Cómo si así lo fuese a controlar – Bien, entonces iré yo solo – dijo haciendo ademán de levantarse de la cama, pero fue apresado por unos grandes brazos alrededor de la cintura.

– ¿Con el permiso de quién, nene? Irás conmigo o no vas – dijo autoritario, aunque se le seguía notando el sueño en la voz.
Taehyung era un tanto posesivo, no le gustaba que el menor saliera solo–

– Pero sólo iré a dar una vuelta, es más, puedo llevarme a blak... –

– Yeang...–

– Solo es una vuelta, no pasará nada~ – el menor sonaba calmado, tranquilo y feliz.

Pero Taehyung ya había dado su advertencia, no le gustaba repetir dos veces las cosas y mucho menos que no obedecieran a sus ordenes.
Tomando fuerza lo volteo para que lo mirara, viéndole con unos ojos profundos y enojados.
Yeang por su parte sólo brincó del susto, sin saber por qué el movimiento tan brusco.

– Ya te dije que no saldrás solo ¿Cómo quieres que te lo diga? – en su voz se notaba el fastidio, porque si, Kim Taehyung no era paciente.

El menor sólo lo miró un poco confundido y con miedo. Había olvidado un poco esa cara del mayor, si estaba feliz podía ser un encanto, pero enojado, hasta el mismo diablo le temía.

– E-esta bien... Lo siento. – Respondió con miedo, agachando un poco la cabeza –

– quizá hoy no sería buen día para ir al parque, tal vez mañana – pensó el menor

Taehyung se volvió acomodar con el chico en sus brazos, tenía el día libre así que lo aprovecharía para dormir.
No le apetecía para nada salir, ni por que el menor usara sus encantos con él.
Pronto Yeang se quedó dormido junto a él, sintiendo el calor que brindaba su cuerpo.

¿Quien diría que después de ese pequeño acto no volverían a ir al parque?

Los celos de Taehyung se habían vuelto enfermizos,  no quería que nadie mirara al chico ni siquiera el sol. La situación se estaba volviendo crítica, al punto de que el menor comenzaba a hartarse.

Taehyung le había dado la oportunidad de tener confianza, el chico no dudaba en usar su voz. Tenía un carácter fuerte, incluso si su fuerza no lo era no le temía a Taehyung cuando le gritaba.

– ¡JODER YEANG, DEJA DE ACTUAR COMO UN NIÑO! – Gritó el mayor, otra vez la estúpida discusión de por qué no lo dejaba salir, ¿era una necesidad humana o que? Tenía todo aquí, no habia necesidad.

– Taehyung, me tienes aquí desde hace 3 meses, 1 desde que no salgo a la calle aunque sea a tomar el aire – el menor no siempre necesitaba gritar, su tono de desprecio se notaba sin esforzarse – ¿A qué le tienes miedo? ¡No es como si fuera a hacer algo malo! – agregó desesperado, pues aunque no fuera mucho tiempo, estar encerrado si afectaba. Muchas veces no sabía cuál era la hora o el día, Taehyung no se lo permitía.

– ¡¿Para qué?, para que te escapes como una vil rata?! – dijo acercándose a él de manera rápida y con fuego en los ojos. Lo tomó de los brazos con fuerza y lo obligó a acercarse – No vas a huir de mi jamás, JAMAS –

Taehyung también estaba asustado, jamás había tenido un contacto de felicidad con alguien, no uno tan grande como él. Tenía miedo de perderlo y que su vida volviera a ser gris, como antes; era un tipo de dependencia emocional, lo necesitaba.

– No te pertenezco, Taehyung. No soy un objeto. – agregó el menor, encarandolo –

– Recordemos cómo es que estás aquí, nenito. ¿Ya se te olvidó que te compre? Y no me saliste nada barato... – dijo acariciando su mejilla, pero para el menor ese tacto era como cuchillas hiriendole.– Así que tú y tu precioso culo me pertenecen hasta que se me de la gana.

Los ojos de Yeang comenzaban a mojarse e iba sintiendo como un nudo en su garganta  se creaba,  ese no era el Taehyung que conocía.

Habría que aclarar que era la primera vez que Taehyung lo trataba así; pero ya estaba cansado de siempre la misma pregunta, era como si el menor quisiera irse.

Desesperado, fue la última vez que él confió en alguien, lo lastimaron.
Su madre, la unica persona que creía que era buena lo dejó en cuanto vio dinero se fue con otro hombre, era cierto, venía de una buena familia; pero no porque vengas de una familia con dinero significa que tienes la vida arreglada o eres feliz.

No todos los niños pueden elegir un futuro.

Esa frase era dolorosa para él, pero siempre la pensaba; cuando su madre se fue las cosas empeoraron, su padre ya no traía prostitutas, lo tocaba a él como un remplazo de ellas.

Taehyung nunca había recibido amor por ninguna parte de su familia ni por sus amigos, simplemente estaba solo en el mundo, bueno eso pensaba él hasta que Yeang le entregó esos "pequeños momentos de felicidad", por eso estaba tan aferrado.

Nadie lo entendía, porque aún faltaban muchas cosas por saber de él.

¿A-amo? TAEKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora