C A P I T U L O 16

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                     ENTROMETIDA

– Está bien, señor Kim, sólo tengo una pregunta.– Dijo la muchacha sonriendo un poco avegonzada – Ese chico, Jungkook ¿Por qué lo llama amo?

Silencio. Ese incómodo momento dónde nadie se atreve a decir nada, donde el aire se hace pesado y donde ruegas por que aunque sea un grillo comienze a cantar, con tal de que se rompa esa tensa atmósfera.

Taehyung la miro serio, la sonrisa encantadora que portaba momentos antes se había esfumado.
Odiaba que lo cuestionaran, más si se trataba de su vida personal.

– Jungyeon... –dijo adentrándose en la habitación, comenzando a recorrerla, admirando todos los muebles sin mirarla a ella. – Hay ciertas cosas que no entenderías aquí. Por ejemplo: "cómo es que llegue a ser uno de los empresarios más ricos a mi edad"                    – Alardeó – Pero también hay cosas que simplemente no son de tu incumbencia.

Paró abruptamente cuando llegó a la ventana que daba una vista preciosa al jardín trasero y a la piscina con agua cristalina e impecable.

– ¿Alguna vez yo te cuestione como llegaste a tu situación actual?

La chica bajó la mirada avergonzada deseando no haber sido tan entrometida, y es que si, tal vez no era de su incumbencia, pero no creyó que fuera a responderle de tal forma.

La vida de la muchacha no había sido facil, había sido adoptada a la edad de 10 años.
Nunca la habían querido a ella de entre todos los niños, simplemente no le llamaba la atencion a los adultos. Además de que siempre preferían adoptar a bebés.

Cuando fue adoptada, su familia siempre fue muy estricta con ella.
Su media hermana, la cuál era mayor que ella, nunca la quiso, pues según ella solo era "una recogida".

La chica se las tuvo que ver difícil, decidió salirse de su casa a los 18 años de edad; un verdadero error.
Se había encontrado a un patán bueno para nada; el típico hombre que siempre te baja la luna y las estrellas para engatuzarte.
Después, cuando consiguió que se fuera a vivir con él, se dió a conocer quien era verdad.

El tipo no trabajaba y aveces abusaba de la joven; ella era la que tenía que salir a conseguir trabajo.
Estuvo mucho tiempo siendo la encargada de limpiar afuera de una tienda de conveniencia, hasta que un día ese hombre apareció.

El portaba un traje elegante, negro como la noche y se acercó a ella discretamente para no llamar la atención.
El hombre salió de la tienda, tras de él venía un hombre mayor cargando algunas bolsas.
Le ofreció trabajo de mucama, pues decía que le hacía falta una;
al principio la chica dudo, pero cuando escucho la cantidad de dinero que obtendría abrió los ojos como plato.

En ningún trabajo le pagarían así por hacer la limpieza.

Aceptó; esa misma noche fue a su casa y sin hacer mucho alboroto (no quería que su novio supiera, pues no la dejaría irse) tomó algunas de sus cosas escenciales para guardarlas en su maleta.

Se iría al día siguiente.

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–No señor taehyung, me disculpo por ser tan entrometida. – dijo en voz baja, avergonzada.
Se inclinó un poco hacía adelante, haciendo una reverencia en forma de disculpa.–

Taehyung sonrio victorioso; la había incomodado.
Eso buscaba exactamente, mostrar su autoridad.

– Como ya sabes, eres la encargada de que todas las sirvientas hagan lo suyo, si no lo hacen, la culpa será tuya. – dijo dirigiéndose a la puerta – Eres muy bonita y lista como para perder este trabajo, Jungyeon. –canturreo mirándola desde el marco de la puerta – No comencemos con problemas desde ahora, sólo... No te metas en lo que no te llaman –Sin más cerró la puerta y se dirigió a su habitación, dejando a la muchacha avergonzada y quizá un poco confundida. 

¿A-amo? TAEKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora