CAP 05

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Arrienda un novio, dijeron. Será inofensivo, dijeron. Y con "dijeron" se refería a su estúpida consciencia empujándolo a tomar la peor decisión de su vida entera.

Quizás había subestimado su mala suerte.

—Fue un gusto conocerlos. —dijo Ten estrechando las manos con DoYoung y JaeHyun cuando estos se iban. —Después les mandaré los nudes adorables de mi T-Yong. ¡Hasta pronto!

TaeYong suspiró aliviado cuando la puerta del local se cerró tras las espaldas de sus mejores amigos, ambos abandonando la escena del crimen en la cual Ten había asesinado las pocas gotas de dignidad restante que albergaba TaeYong.

Humillación no era suficiente para describir lo que había sentido. Había sido tan jodidamente mortificante. La sonrisa complacida de Ten cuando las mentiras brotaban de su boca con tal naturalidad, como si las hubiese estado estudiando desde hacía tiempo. DoYoung se había esforzado por distraerlo y cambiar a un tema más trivial, a lo que Ten no puso resistencia. Gracias a ello, gran parte de la cita doble se salvó.

Pero no del todo.

—¿Qué tal? ¿Cómo estuve? —preguntó el pelinegro apoyando su mano en el borde de la mesa. Sonaba orgulloso. Orgulloso. TaeYong alzó la mirada hacia él, viéndole a través de sus pestañas mientras una emoción inquietante se hacía cargo.

—¿Podemos hablar?

—¿Mm? —la expresión ingenua en su rostro tocó un nervio sensible. —¿De qué?

—De qué. —repitió en un aliento incrédulo. Ten se encogió de hombros.

—Si tienes algún problema, manda un correo al organizador.

Un correo... TaeYong se levantó del asiento con lentitud, sus ojos quedando a la misma altura que los de Ten. El pelinegro ladeó la cabeza con curiosidad.

—¿Qué pas- ¡Ah! —el pelirrojo asió el brazo del contrario con fuerza y jaló de él hacia la calle trasera del restaurante. Ten trastabilló en el camino. —¿Pero qué haces, imbécil? ¡Suéltame!

—¿Por qué lo hiciste? —gruñó cuando se hallaron a solas.

—¿Hacer qué?

Los dedos de TaeYong presionaron más sobre su piel, un fuego desconocido quemándolo por dentro. Odiaba el tono que Ten utilizaba al hablar, odiaba su maldita sonrisa de satisfacción, odiaba la manera en que fingía ignorancia después de arruinarlo todo. Y sin darse cuenta, lo último que quedaba de su autocontrol, se esfumó.

—¡¿Qué mierda fue eso?! —gritó volteándose para verle a la cara. Ten se estremeció. —¿Sabes cuántos malditos problemas causaste allá adentro? ¿Tienes alguna idea de lo poco profesional que te comportaste?

TaeYong lo libró de su agarre con brusquedad, apartándose de él con ambas manos en la cabeza, buscando paciencia y alguna forma de resolver el lío en el que Ten lo había metido. No podía creer que hubiera confiado en un completo desconocido para esto. No podía creer que le hubiera pagado y que el imbécil ni siquiera hubiera hecho el trabajo bien. ¿Qué jodido servicio era ese?

Los envolvió un silencio, un silencio tenso que fácilmente podía romperse y desencadenar un desastre. TaeYong ya había lidiado con demasiado para continuar por el mismo sendero. Pero Ten no, él no estaba ni cerca del incendio que estaba buscando crear. Ya había quebrantado el autocontrol y paciencia que el pelirrojo tanto se esforzaba por mantener. Quizá ya era hora de terminar esto.

No había llegado hasta aquí para arrepentirse.

—Te lo merecías. —se halló a sí mismo susurrando. Por un momento pensó que TaeYong no lo escucharía, pero al verlo voltear en su dirección con una oscuridad irreconocible en sus ojos fue suficiente para saber que sí lo había hecho.

Rent A Boyfriend [TaeTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora