CAP 10

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Lo estaba besando.

Tenía la boca de TaeYong sobre la suya y estaba besándolo.

Chittaphon estaba besando al hetero‐imbécil más grande de la galaxia.

Ni siquiera tuvo tiempo para procesar correctamente lo que había sucedido. Se sentía mareado, mareado y absorbido, ¿borracho quizá? ¿Su bebida tenía drogas? TaeYong se separó abruptamente de él con una sonrisa en los labios —labios que lo habían besado, Jesucristo— y antes de que pudiera hablar, el pelirrojo estaba volviendo su atención a JinYoung.

Cierto. JinYoung.

—Ya veo. —dijo su ex cliente, un poco de decepción tiñendo su rostro. Se encogió de hombros, como dándose por derrotado. —Supongo que eso es todo, eh. Una lástima, Chittaphon.

Se retiró. El ambiente no tardó en hacerse tenso y agobiante para todos los que estaban en la mesa. DoYoung estaba sonrojado —nunca había visto a su mejor amigo besar a alguien tan apasionadamente— y JaeHyun bebía su Coca-Cola con una expresión confusa, mayormente de desinterés. TaeYong permanecía en silencio; pese a ello, parecía estar bajo control.

Ten era un remolino de emociones.

¿Había sido real? El cosquilleo en sus labios dejó en claro que no estaba imaginando cosas. Su corazón palpitaba fuerte y desenfrenado, mientras que un sonido agudo pitaba en sus oídos. Estaba rígido, quieto igual que una piedra, viendo la comida frente a él e intentando racionalizar lo que acababa de ocurrir.

TaeYong había hecho eso para deshacerse de JinYoung —obviamente—, lo que era un importante punto a su favor, considerando que casi son descubiertos. El beso probablemente había eliminado cualquier rastro de duda que pudiera haber plantado en la costa anterior, por lo que había sido una decisión sabia aunque precipitada. Todo fríamente calculado.

Estaba bien.

No había significado absolutamente nada más que simple y cruda actuación. Estaba más que bien.

Pero por algún motivo, Ten se sentía como una bomba de tiempo y él estaba a pocos instantes de explotar.

Dios, "algún motivo" ni mierda, él sabía a la perfección porqué se sentía así.

—Fue bueno verlos otra vez. —DoYoung se despidió recogiendo su chaqueta. Los platos de comida estaban vacíos demasiado pronto y Ten no había saboreado ningún bocado. —Deberíamos repetirlo.

Se sentía lejano. No estaba seguro de cómo lo había manejado para terminar la cita sin causar problemas o alterarse, cuando internamente su mundo estaba patas arriba. Agradeció mentalmente que ya estuvieran partiendo caminos, porque su resistencia para entonces era cercana a cero.

El beso seguía reproduciéndose en su cabeza.

—No estuvo mal. —dijo TaeYong. Ambos caminaban en la acera fuera del restaurante. DoYoung y JaeHyun se habían ido. —Estuviste... bastante bien en el último rato, de hecho. Al principio creí que tratarías de joderlo como antes.

Ten no contestó.

—Dijeron que saldrán a aguas termales durante el fin de semana. Nos han invitado. Suena bien, ¿no?

Ni una palabra.

—¿Qué dices? ¿Estás libre? Partiríamos el viernes por la noche. Hay una oferta por ir en pareja. Aunque tendríamos que compartir habitación. Pero-

Y luego, la bomba detonó.

—¡¿Por qué me besaste?! —exclamó furioso. Se detuvieron, Ten cruzado de brazos y echando humo por las orejas mientras que TaeYong tragaba saliva, sabiendo que esto iba a venir. Honestamente lo había estado esperando.

—Ya sabes, por JinYoung. Y funcionó bastante bien. Sé que los besos están prohibidos, por lo que supuse que él-

—¡¿Y por qué demonios crees que están prohibidos?!

TaeYong dudó. —¿Infecciones?

—Dios. —jadeó. —¡Está incluido en las cláusulas por algo! ¡No debiste haber desobedecido!

—¿Qué rayos te sucede? Solo fue un beso.

La cara de Ten estaba roja, y no sabía si era del enojo o algo más. Hasta que respondió.

—¡Mi primer beso!

La imagen se congeló por unos breves segundos, los cuales se sintieron como una infinidad. Solo ellos, gritando en la calle, Ten respirando con agitación y TaeYong mirándole anonadado, incapaz de formular una oración lógica.

—Primer. —dijo. Su voz salió ahogada. Ten tragó en seco y miró sus pies. —Primer... Tienes que estar jodiéndome.

—Pues no. —sus labios estaban abultados sin su consentimiento. —Es la verdad.

—Tú... —silencio, y luego, la calma de TaeYong se rompió. —¡¿Cómo es posible que jamás hayas besado a alguien?!

—¡Para tu información, no todos somos populares y amados en la secundaria!

—¡Pero-! —pero no soy ciego y puedo ver que estás más bueno que el pan y que cualquier persona con cerebro te daría duro contra el muro. —¡Pero después de la graduación! ¿Acaso no conociste a nadie en la universidad o en tu trabajo?

—¡Estaba buscando a alguien especial! Quería que fuera como una película donde nos amaríamos y nos casaríamos y el beso sería perfecto. ¡No con el hetero-imbécil que me arruinó la vida en primer año!

—¡Oye, no me llames así! —gruñó, altamente exasperado porque la situación se le estaba yendo de las manos y porque... porque quizá se sentía un poco culpable después de todo. —Además, ¿qué iba que saber yo que nunca habías dado un beso? ¡Estás en el bendito trabajo de arrendar novios, por el amor de Dios! ¡Creí que eras un profesional y que tenías experiencia! ¿Por qué estás en esto si ni siquiera has tenido pareja?

—Necesitaba el dinero. —refunfuñó, sin querer hablar más del asunto.

Ten quería que esto fuera una pesadilla de la que iba a desaparecer pronto. El proyecto Rent A Boyfriend le agradaba debido a que en el reglamento decía explícitamente que los besos están prohibidos. ¿Quién iba a decir que TaeYong era un rebelde sin causa que se pasaba las reglas por alto? Ahora lo odiaba aún más, humillándolo y arruinando su linda película romántica...

—¿Estás llorando?

Ten esnifó por la nariz y se talló los ojos. —No.

A TaeYong se le hundió el pecho. Si bien se había acostumbrado al mal humor de Ten, a su cara de pocos amigos, a su bipolaridad y un poco a su falsa felicidad frente a JaeHyun y DoYoung, no sabía qué hacer cuando el llanto venía a tema.

No era experto consolado gente. Era mejor en... ¿En qué? ¿En insultarlos, burlarse de ellos y hacerlos sufrir hasta la graduación? Dios, soy un asco de persona.

—¿Cómo puedo compensártelo?

Cuando las palabras abandonaron su boca, no era consciente de lo que eso traería en el futuro para él.

—¿Compensarme? —murmuró Ten. TaeYong asintió. —¿Cualquier cosa?

—Cualquier cosa. —afirmó.

Los labios del pelinegro se curvaron en una maliciosa sonrisa, mandando escalofríos por la espina dorsal de TaeYong, y fue ahí cuando el pelirrojo supo que tendría que empezar a rezar. ¿En cuántos líos más se metería por culpa de Chittaphon?


Rent A Boyfriend [TaeTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora