Prólogo.

22.9K 988 194
                                    

Mis padres me persiguieron por al menos veinte minutos, pero parecía que era para mantener su imagen de "padres perfectos", ya que mi madre sollozaba sin lagrimear cubriendo su cara y mi padre no dejaba de amenazarme con darme una buena tunda, a pesar de que ni se me acercaba. Aparentemente, me perdí de su campo de visión, dejándolos atrás, ya que no dejaban de gritar mi nombre, preguntando dónde estaba. Sonreí.

—¿Quién es idiota ahora?— susurré. Seguí el camino bajo mis pies unas dos agonizantes horas por el bosque, hasta encontrarme con un edificio abandonado, justo el que buscaba.

Al rodearlo y ver la entrada, un escalofrío me recorrió la espalda; probablemente me estaban observando.

Sin darle mucha importancia, entré al establecimiento. El aroma a tierra y carbón inundaba el lugar, además de las paredes llenas de graffitis y con la pintura despegándose cual escamas. El suelo estaba lleno de escombros y telarañas, y alguna que otra rata corriendo por ahí.

No podía llamarse acogedor, pero tenía techo y eso bastaba para mí.

Empecé a revisar habitación por habitación, en busca de algo que sirviera para abastecerme por unos días. Al menos lo suficiente para que pueda conseguir donde vivir y mis padres puedan olvidarse de mi de una buena vez. Por suerte, encontré una escoba, algunos trapos viejos y un grifo del que -gracias al cielo- aún salía agua posiblemente potable. Ahora, sólo precisaba una habitación medianamente normal. Lo cual no era muy complicado ya que buscando suministros vi algunas que servirían.

Me adentré a la más cercana, la más destruida y donde al parecer, inició el fuego que destruyó éste lugar. Era algo extraño estar en entre esas cuatro paredes, no se sentía como una habitación abandonada... Sé que suena estúpido, pero realmente sentía algo muy raro al estar ahí. No era como en las películas, que sentías una presencia que te observaba o a alguien tras de ti, si no que me sentía como debilitada... Como si todas las energías que tenía al entrar se las haya llevado el viento. Sacudí la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos. Debo de estar cansada por tanta caminata. Una siesta lo arregla todo.

Barrí un poco el suelo, eché el polvo y escombros al pasillo y estiré los trapos en el suelo, formando una especie de colchón de vagabundo. No crean que no me daba asco estar entre arapos usados y probablemente con todo tipo de secreciones humanas o de animales, pero por el momento no hay nada mejor.

Sin mediar palabra, me senté con las piernas cruzadas y me quité de los hombros mi mochila, abriéndola y buscando en el interior algo que me sirviera para el aburrimiento. No encontré nada, pero casi me clavo en el ojo el mango de mi sable.

Resignada, me levanté y quise salir de ahí, pero algo se interpuso en mi camino y caí de bruces al suelo. Una nube de polvo se impregnó en mis ojos y nariz, por lo que me levanté lo más rápido que pude y me alejé unos metros. Comencé a toser y frotar mis ojos, intentando que el dolor se vaya. Y efectivamente, se fue, pero sólo de mis ojos; el dolor de mi garganta y nariz sólo empeoró, por lo que tosí cada vez más fuerte, hasta quedarme sin aire y terminar de nuevo en el suelo.

Mis pulmones suplicaban oxígeno, pero yo solo tosía y tosía, como si no pudiera controlar mi cuerpo. Sentía cómo el latir de mi corazón se aceleraba sin parar, así como mi vista se volvía cada vez más borrosa, y comenzaba a perder el conocimiento, cuando sentí unos pasos resonando al final del pasillo.

"¡Qué desdicha la tuya! ¿Necesitas ayuda?"

'-*-'-*-'-*-'-*-'-*-'-*-'-*-'-*-'-*-

Huehuehue! Prólogo de mi segunda maravillosa novela! (En esta parte había dicho que era "largo" y ni se comparaba con los capítulos que hago ahora. Cada uno tiene como mínimo dos mil palabras͡° ͜ʖ ͡°)

Besos con canela y disfruten

—Eve.

Esto... No Está Bien. (Familia Enderman y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora