【Lᴀ Hɪsᴛᴏʀɪᴀ Cᴏɴᴛɪɴᴜ́ᴀ】

Capítulo 16

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Sus maletas ya estaban en el auto, llevaban 2 minutos de retraso, Adrien nunca tenía suficiente de Marinnete y una pequeña sesión de sexo en la ducha los hizo ceder al retraso.

Llevaba unas gafas de sol un pantalón negro y una blusa blanca, aún esperaba que el rubio saliera de la casa pero aún no lo veía. Su paciencia comenzó a agotarse, una pequeña sonrisa traviesa se mostró en sus labios. Subió al auto y le dió órdenes al chofer para que las cumpliera.

Adrien llegaría solo al aeropuerto.
Volvió a sonreír.

Mientras tanto Adrien mientras buscaba sus pantalones de ayer con Marinnete. Hasta  que logró escuchar el motor del auto encendiéndose después ningún sólo ruido, se asomó por la ventana y como sospechaba Marinnete lo había dejado, ¡Esta loca esa mujer! Aunque... El también esta loco por ella.

Sacudió la cabeza y vio la hora. Era muy tarde y ahora tendría que llamar a su guardaespaldas para poder llegar al aeropuerto.

Por otro lado Marinnete recien llegaba, bajo del auto con las maletas y su guardaespaldas detras de ella.

–Señora. Las maletas del señor Adrien?....-inquirió el grandullón.

Ella lo pensó por algunos segundos y volvió a sonreír –Traelas también.

Después de unos minutos pasaron por control y muchos fans se atravesaron en su camino pidiéndole autógrafos y fotografías, ella muy  amablemente accedió, pues ellos eran los que la seguían y apoyaban a pesar de todo.

Pasaron alrededor de 30 minutos y Adrien aún no llegaba, ella se encontraba con su teléfono móvil mirando publicaciones de Instagram de sus amigos y nuevos comentarios en sus fotografías. Hasta que sintió una furiosa mirada sobre ella, levantó sus azules encontrándose (Efectivamente) con los verdes de Adrien.

Cruzó sus piernas sonriendo maliciosa, viendo como el comenzaba a acercarse furioso.

–Me las vas a pagar Princesa. - le susurró en el oído sonriendole de la misma manera. Vio como ella ladeaba el rostro hacia su oreja.

–No seas tan reconroso gatito -ronroneo en su oreja haciéndolo temblar. Marinnete era su debilidad desde siempre.

Sus ojos se conectaron y ella le guiñó el ojo mostrando una faceta traviesa para el. Y eso le encantaba, debia aceptar que antes Marinnete era más tímida y en todo momento los nervios subían a su cabeza. Pero ahora.... Era diferente, más segura de si misma, más hermosa con su personalidad tímida, tierna y traviesa a la vez. Le  encantaba.

–Soy un gatito muy vengativo. A si que.... - interceptó los azules con sus verdes, bajando una de sus manos hacia su entrepierna, para su suerte no había nadie a su alrededor sólo  algunos desconocidos que no prestaban atencion a lo que están sucediendo.– Ya te puedes imaginar mi venganza....-dijo con voz que sólo ellos dos pudieran escuchar, sonando travieso y posesivo a la vez.

Le dio un pequeño beso en la mejilla y fue a su asiento. Sería un viaje largo y aunque su venganza hiba a ser condenadamente deliciosa debía esperar a que llegarán a su destino.

Estaba cansado, la noche anterior no había podido dormir bien, y fue gracias a una muy sexy y caliente Marinnete en su cama, yéndose de amor, mimos, besos y placer.

Cerro sus ojos y volvio a sonreir, al imaginar a Marinnete con los que tenía planeado hacerle.

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Ya hiban en la mitad del viaje y Adrien estaba adormilado, ladeó el rostro frotándose los ojos para poder despertar, vio a Marinnete dormida en su asiento con una cobija que la cubría del frío.