CAPITULO 11

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IRIS
 

camino de pared a pared en mi habitación, ¿no fue él?, ¿era otro conductor?, ¿como podria saberlo?, ¿se enojó?, si, eso hizo claramente, pero es que lo vi joder, no lo imagine, se que era él 

-hija, el almuerzo está servido - grita mi madre 

mi estómago está revuelto, recuerdo la sangre regada por todos lados de ese hombre y mis manos manchadas de ella, ¡si hasta me aplique blanqueador!

-voy en un momento - respondo 

lavó nuevamente mis manos, aplicó mucho jabón y hago suficiente espuma para luego enjuagar con suficiente agua, bajo y me siento en el comedor, mamá dispone de dos platos con una deliciosa lasaña y dos copas con vino blanco 

-¿me serviste licor? - pregunto incrédula 

Bianka no me deja tocar el licor, no frente a ella 

-pense que va bien con la comida, pero si no quieres no te preocupes, lo tomo yo - dice burlándose

-solo queria saber - respondo y tomo la copa antes que ella 

se ríe y se sienta a mi lado, comemos en un silencio cómodo, disfrutando del delicioso platillo, una vez terminamos me encargo de lavar los platos y de limpiar la cocina mientras ella se sienta a ver su novela de la tarde, subo a mi habitación y tomo mi celular, le escribo inmediatamente a Carla 

-> Necesito contarte algo que me paso hoy, ¿helado? 

mientras espero su respuesta muerdo sutilmente mis uñas

-> ¡pero claro que si!, estoy cerca de tu casa, te recojo en diez minutos 

responde, ¡sí!, rápidamente desenredo mi cabello húmedo aun después de darme una larga ducha, me pongo un jean negro, una blusa blanca, un camibuso negro y busco mis converse 

-madre, ¿has visto mis converse rojas? - pregunto 

no estan por ningun lado 

-están colgadas, las lave ayer -informa 

bufo, Bianka al parecer lavo todos mis tenis ya que no encuentro ningunos, bajo corriendo y las descuelgo, casi grito al sentir que él teni izquierdo está húmedo aún, tomo las amarillas y ahora el derecho es el húmedo, resoplo ofuscada, mi celular vibra, Carla ya está aquí, tomo rápidamente un los dos tenis que están secos y me los pongo, ambos de distinto color, me miro al espejo y me sorprendo, no se ve mal

-iré a comer un helado con Carla - hablo llegando a la sala 

Bianka esta tan entretenida con su novela que me tiende fácilmente un billete de su bolsillo

-gracias, te amo - beso su mejilla y salgo corriendo 

Carla está pegada al pito del auto, es una chica impaciente, como yo 

-lo lamento, mi madre me dejó sin tenis - saludo mientras le enseño mis pies

-quedan bien - opina y arranca 

me fijo en sus dedos sobre el volante, están blancos debido a que está ejerciendo demasiada fuerza 

-el volante no tiene la culpa de lo que te sucede - me burlo 

ella mira de reojo sus dedos y suaviza el agarre, bufa 

-tambien necesito contarte algo - dice 

asiento y aguardo, aparca el auto en el estacionamiento del centro comercial y bajamos, entramos a mcdonald's y pedimos nuestros helados y ya que Carla no ha almorzado decidimos pedir también dos hamburguesas, será mi postre 

FLOR DE PORCELANA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora