~Sabito~

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Nota: Distorsión del manga (? Dejemos vivir al niño. Un año antes de la llegada de Tanjiro.

~***~

No podía confiar en nadie más, ya no servía de nada, lo había perdido todo en una sola noche.

Después de una cena que terminó en tragedia, despertaste en una casa ajena, deseando que todo sea solo una pesadilla.

Abriste los ojos, pensando que era tu habitación y que todo fue un mal sueño, pero observaste a más detalle y en donde estabas no era tu casa, ni en donde te encuentras recostada tu cama.

Te levantaste alarmada, no estabas lista para eso, nadie lo está. Miraste tu ropa que no había cambiado, estaba igual de descuidada y llena de sangre que no era solo tuya.

La puerta se abrió dejando ver a un joven que traía una bandeja con algunos ungüentos y vendas.

---: Oh, ya has despertado...

Te levantaste con miedo y retrocediste hasta chocar violentamente con una estantería, de la que cayeron algunas cosas.

El muchacho dejó todo a un lado en el suelo e intentó acercarse.

---: Hey, no voy a hacerte daño, necesito que te calmes.

Todos eran iguales, el podría ser uno, uno que aparentaba ser un humano. ¿Quién sabe? Todo daba vueltas en tu cabeza.

Ambos comenzaron a dar vuelta por la habitación, tú para mantener distancias y él intentando acercarse. Al estar cerca de la puerta, corriste hacia donde sea que fuese la salida, debías volver a casa.

---: ¡Espera, no salgas!

Hiciste caso omiso y seguiste avanzando, casi chocas con otro joven y un adulto, pero los esquivaste con rapidez y saliste al exterior.

___: ¿E-En dónde estoy..?

Murmuraste al ver de izquierda a derecha. Caminaste de un lado al otro intentando entender tu ubicación mientras te sujetabas la cabeza, el estrés hizo efecto y lágrimas rodaron por tus mejillas humedeciendo tu ya sucia yukata.

---: Estamos un poco lejos de lo que era tu casa.

El joven de cabello color durazno salió a detenerte, pero te alejaste nuevamente.

-----: Deja que se calme por sí sola, Sabito, tiene mucho que digerir. No la presiones.

Sabito: Como diga, Urokodaki.

Al menos sabes sus nombres. El chico volvió a la cabaña y tú te quedaste afuera viendo los árboles.

Todo había sucedido tan rápido...

Caminaste hacia la derecha y encontraste una gran roca, te sentaste a descansar un poco y apoyaste tu cabeza en ella. Lloraste, lloraste mucho y también gritaste un poco, definitivamente recordabas todo.

~***~

Pasaron horas y te quedaste dormida de nuevo, pero unos pasos te despertaron.

Kimetsu No Yaiba - Escenarios! ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora