Epilogo

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Ricardo

Tomo la bandeja y camino para ir al patio, tengo que maniobrar y hacer equilibrio para que no se me caiga cuando un grupo de niños pasan por mi lado. Sonrió y dejó la bandeja sobre la mesa y voy hasta donde está mi hermosa esposa.

-Hola- Susurro en su oído y puedo ver como su piel se eriza.

-Hola-

Mi esposa voltea rodeando mi cuello con sus pequeñas manos empinándose para darme un beso en mis labios.

-¿Qué tal si nos escapamos un momento?- Susurro en sus labios y veo como su rostro se sonroja.

Amo verla así.

-No podemos desaparecer en este momento, es el cumpleaños de tu hija-Muerde mi labio – Además ¿No tuviste suficiente con esta mañana?- Sonríe.

Bajo mis manos tocando su trasero y la acerco para que sienta mi erección.

-Jamás tengo suficiente de ti- Digo y tomo su cuello para besarla.

-Guiiuu- Escucho algunos niños decir.

Me separo a regañadientes de mi mujer y veo un grupito de niños que nos miran con cara de asco.

-Tu papá se va a comer a tu mamá- Le dice uno de los niños a mi hija.

-Mi papá siempre se come a mi mamá- Dice mi pequeña hija haciendo que suelte una carcajada.

-Cariño, llegaron tus padrinos- Dice mi mujer interrumpiendo.

-¡Regalos!- Grita mi hija antes de irse corriendo junto con los niños hacia sus padrinos.

-Iré a traer los pasabocas- Dice mi mujer y solo logra dar dos pasos antes que tome su mano y la atraiga hacia mí y devorar su boca.

-Ya los traje- Susurro rompiendo el beso.

Tengo la respiración agitada y ni hablar de la enorme erección que tengo en mis pantalones.

-Compórtate- Me doy la vuelta para que nadie me vea y acomodar mi pene.

-Ni se te ocurra saludarme con esa mano- Dice alguien a mis espaldas y al voltearme me encuentro con Daniel, el padrino de mi hija menor.

-Idiota- Sonrió y me acerco para abrazarlo, pero él me hace cara de asco con mi mano haciendo que ría.

-Enserio, no se te...- No dejo que termine y lo abrazo con fuerza haciendo que me empuje.

-Imbécil- Ambos reímos y me pasa una cerveza.

-¿Dónde está el granuja de tu primo?- Ambos nos sentamos en una de las sillas viendo los niños correr de un lado a otro.

-No debe demorar- Tomo un sorbo de mi cerveza y me quedo mirando a mi mujer conversar con Isabelle, la esposa de Daniel. Ambas ríen y vemos como se tapan su boca y se acerca a hablar entre ellas en secreto.

-Apuesto que están planeando una venganza- Dice mi amigo observando a su esposa.

-Eres un idiota, por tu culpa nos pillaron- Murmura Esteban acercándose con una cerveza en sus manos y se sienta a nuestro lado.

La esposa de Esteban, mi cuñada se acerca a nuestras mujeres y empiezan a reír por algo que le dice Isabelle, ellas nos miran por un momento y vemos como mi cuñada pasa su dedo por su cuello haciendo la señal de degollar.

-Mierda- Dice Esteban y soltamos una carcajada.

Han pasado 7 años desde que regrese a casa, 7 años de lo que pasó con lo de Krisha.

Amor en guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora