Capítulo 7

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Esteban tira la carpeta que le han entregado de la investigación de esa mujer.

-No hay nada, esa mujer está limpia- Dice –No tiene antecedentes ni nada, ni una mancha- Suspiro tomando la carpeta para empezar a leer su contenido.

-Debe de haber algo- Dice Robert.

-Ricardo me comentó que él despertó unos meses después del atentado y nadie sabía de él, que conoció a la rusa que iba a visitar a un familiar y se hicieron amigos y que cuando le dieron de alta como no se sabía nada de su vida, él se fue a la casa de esa mujer- Hace una pausa y cruza su pierna – Mi primo estuvo unos meses en recuperación y ella cuidó de él en esos meses-

Me remuevo de mi asiento sintiendo una desagradable sensación con solo imaginármelo a él solo en ese país, desorientado sin su familia.

-La relación empezó un año después de salir del hospital- Termina.

-Está comprobado que esa mujer es una oportunista- Dice Robert – Mi hijo se metió con esa mujer sin saber que estaba casado y eso debe de servir de algo-

-Los abogados están en eso- Dice Esteban.

-Saldré un momento, necesito hacer unas llamadas- Robert sale del estudio y me quedo sola con Esteban.

-Estás muy callada y estoy empezando a preocuparme-

Me remuevo incomoda.

-He tomado una decisión- Levanta una ceja mirándome – Iré a Rusia, investigaré yo misma- Esteban niega con la cabeza.

-Estás loca, no tienes nada que hacer allá. Además no sabes el idioma-

-Contratare a un traductor- Niega.

-Ya mandamos a investigar, no sirve de nada que vayas-

-Esteban- Suspiro mirándolo –Yo tomé la decisión- Mi cuñado se remueve y se levanta del sillón.

-Es peligroso que vayas Anabele, no vamos a arriesgar que algo te pase- Niego con la cabeza.

-Iré, no puedo quedarme acá a esperar que mi marido sea condenado-

-Ana...-

-Ya lo decidí Esteban- Mi cuñado maldice, sabe muy bien que no podrá evitar que viaje.

-Está bien, pero no hagas nada precipitado, necesito que dejes que yo organice todo para el viaje- Asiento.

-Me iré a más tardar el miércoles- Muerde sus labios asintiendo.

-Sabes que todos van a enloquecer- Encojo mis hombros.

-No necesito permiso para viajar, le diré a mis padres que se queden con mis hijos- Asiente y se acerca para abrazarme.

Cierro los ojos y me dejo abrazar, en ese momento es lo que más necesito.

Como era de suponer, mi familia y mis suegros han puesto el grito al cielo al saber sobre mi viaje y por más que tratar de persuadirme no pudieron evitar que cambiara de opinión.

Alisté mi maleta y me despedí de mis hijos, mi corazón se estrujó al salir de casa de mis padres y el temor se instaló en mi pecho en pensar que no pudiera volverlos a ver.

Mis suegros han venido a llevarme al aeropuerto junto con mi hermana y Esteban, este último se ha mantenido callado.

Sé que está molesto, esto es un riesgo que estoy dispuesto a hacer por mi esposo. Yo lo perdí una vez, no pienso hacerlo de nuevo.

Hace unos años me confié en la investigación que hizo el ejército donde decía que mi esposo estaba muerto, me fié en ellos y si hubiera investigado más a fondo nos hubiéramos dado cuenta que mi esposo no estaba muerto y esto no estaría pasando, por esa razón no confío en nadie y quiero yo misma investigar.

Amor en guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora