A side / B side

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Hueningkai no estaba obsesionado como decían sus amigos. Él lo que tenía era un crush más que nada inocente por el repartidor de MOA's pizza; le parecía lindo como sonreía y el sonido de su voz cuando le contestaba para tomar su orden por teléfono.

Al principio era eso, solo pensaba que era lindo, pero luego se fijo en los pequeños detalles: el como fruncía su nariz, la reverencia que hacía cuando tomaba el dinero, el tono con el que se despedía, sus hermosos hoyuelos, y la sonrisa cordial que mostraba aunque fuera un día de lo más horrible, con el sol encandilante o la lluvia torrencial.

A pesar de que le gustara ver todas esas pequeñas cosas Hueningkai tomó la decisión de que no llamaría si veía que había mal tiempo, para no hacer a su repartidor favorito pasar un mal rato por su capricho de comer pizza, o siendo más específicos, por su capricho de querer verle.

Si hacía cuentas, se gastaba todas las propinas de la heladería en la que trabajaba comprando pizzas. No es que fuera muy fan de ellas, incluso a veces duraban días en la nevera hasta que Yeonjun o Ryujin las descubrían y se las tragaban en nada. Pedía siempre una diferente, porque le divertía más ordenar que comérselas después.

Las reuniones en su casa eran otra cosa, siempre trataba de que sus amigos estuvieran presentes cuando ordenaba, porque no quería dar la imagen del perdedor que ordenaba pizza para él solo un fin de semana cuando en el barrio todos hacían grandes fiestas.

Claro que tener a sus amigos presentes también causaba problemas, como cuándo se levantaban antes que él a recibir la pizza. También solían hacerle bromas todo el rato hasta que sonara el timbre.

Como en esa ocasión.

—Deberías invitarlo a pasar —dijo Beomgyu, moviendo su pieza del monopolio.

—O dejar de comer pizza y comértelo a él —bromeó Yeonjun con picardía, recibiendo un codazo de Beomgyu a quien tenía abrazado.

—Hyuka está chiquito, no seas cochino.

—Cierto, solo puedo ser cochino contigo —dijo para luego morderle una oreja y recibir otro codazo.

—Estos niños de ahora —soltó Hoseok desde el pie del sofá— son más indecentes que nosotros ¿no lo crees amor?

Unos ronquidos le respondieron. Yoongi estaba acostado en toda la extensión del sofá sumido en un sueño profundo. Se veía de lo más cómodo, hasta provocaba dormirse con él por la expresión de placer del pelimenta.

—...

Jugaban una ronda de monopolio mientras esperaban por la comida. Hoseok y Beomgyu se lo tomaban muy en serio, mientras que Yeon le pedía a Beom mover sus piezas porque estaba muy ocupado apapachandole. Yoongi fue el banco del juego hasta que le dio sueño, y Ryujin seguía en el baño hablando por teléfono. A Hyuka no le dejaban jugar porque era un tramposo de primera, negarlo sería inútil, por lo que se limitaba a ver el mundo arder entre sus amigos, todo poderoso apoyando al que le convenía.

Hoseok hizo a Beom retroceder diez casillas, Beomgyu se negó a mover su pieza y estuvo a punto de mandar a volar el tablero cuando el timbre sonó. Kai no se había levantado del suelo cuando Ryujin gritó desde el pasillo:

—¿Qué mierda quieres? —un segundo de silencio— ¡Kai ven a recibir las pizzas!

Le dio mucha vergüenza que su amiga tuviera tan poco filtro a la hora de hablar.

—¡No hace falta que grites Ryujin! —respondió con pánico.

—¡Tu también estás gritando! —soltó entrando a la sala.

Poniendo su mejor cara de "¿por qué a mi?" caminó a un lado de Ryujin, ella le guiñó un ojo.

Aparentando calma se acercó a la puerta. Soobin le esperaba con su sonrisa usual, derritiéndole el corazón.

Delivery Boy. | sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora