Delivery Boy. | sookai

Punch line & Good times

En MOA's pizza el personal era muy reducido, consistía en la dueña y encargada de la cocina; Wendy, un mesero; Chanyeol, un cobrador; Jackson, y tres repartidores; Hyunjin, Sanha, y Soobin.

Puesto que la mayoría de la gente pedía a domicilio, los últimos tres tenían muchísimo trabajo que hacer a diario, pero sobre todo, en un horario de las 7:00 a las 11:00 de la noche todos los fines de semana, porque vivían en un barrio universitario y los jóvenes se la pasaban haciendo fiestas los sábados y domingos. Ellos no asistían a ninguna obviamente, si ellos fueran a fiestas ¿quién se encargaría de llevar las cincuenta mil cajas de pizza que esa gente se tragaba?

En serio, Soobin se cuestionaba mucho cómo no sufrían de sobre peso o algo parecido ¿es que no comían otras cosas? La ultima vez que hablo con su amigo Taehyun, que trabajaba en un restaurante de sushi se había enterado de que no tenían ni la mitad de los pedidos que MOA's pizza recibía a la semana.

Menos mal que las residencias no estaban lejos, él y sus compañeros iban en las viejas motos del local, porque ni loco se la iba a pasar corriendo como loco en la noche. No tenía buena condición física y podía ser atacado por un perro callejero. O peor, lo podían asaltar, robarle las pizzas, y tendría que pagarlas él.

En general habían muchas razones para odiar trabajar de repartidor. Pero Soobin tenía una lo suficientemente buena como para vivir de eso toda su vida: el chico del departamento 12-5, edificio 17, calle 8. De ojos pequeñitos y rulos color café.

Soobin hacia algunos sacrificios, por ejemplo, cuando a Hyunjin o a Sanha les toca entregar su orden, Soobin les ruega para hacerlo en su lugar, así tenga otras cinco en la misma hora. Hyunjin se la daba sin más, mejor para él. Sanha sí se ponía a silbarle, pero bueno, cosas que hay que pasar para ver a tu crush.

Cualquiera se cagaría de miedo si supiera que un repartidor tiene una obsesión con un cliente, pero Soobin de acosador solo tenía el enamoramiento, porque con su físico raptar no era factible, y con su carita de bebé nadie le tomaría en serio. Como su hermana mayor Nayeon que se rió de él cuando le dijo que se disfrazaría de Fuck Boy para Halloween.

En fin, tenia un crush por aquel chico y punto, tampoco es que hiciera nada más que llevarle su pedido y deleitarse con unos minutos viendo su cara cuando la recibía.

¡Esa era otra! Cuando no era el de rulos quién le recibía las pizzas. En esos momentos Soobin tenía ganas de tirar las cajas por el barandal del pasillo y mandar todo a la mierda. Afortunadamente, casi nunca pasaba.

Por cierto, Kai se llamaba el niño que le gustaba, lo había escuchado en su último viaje a su departamento.

Ese noche estaba todo ansioso -como siempre- acomodándose el flequillo sudado por el ajetreo, y cuando la puerta se abrió una chica de cabello azul lo recibió toda enfurecida.

-¿Qué mierda quieres? -soltó ella.

-T-traigo su pedido -tartamudeó intimidado.

-¡Kai ven a recibir las pizzas! -gritó y desapareció de su vista.

-¡No hace falta que grites Ryujin!

-¡Tú también estás gritando!

Luego de eso repitió el nombre en su cabeza como mil veces para no olvidarlo -lo cual no era probable ¿a quién se le olvida el nombre de su crush?- ya solo le faltaba el apellido... No es que fuera realmente importante, cuando se casaran le iba a dar su apellido, lo tenía todo planeado. A menos que él quisiera darle el suyo, eso tendrían que discutirlo.

Desde ese día ya podía referirse a él por su nombre y no llamarle "crush" cuando le hablaba a sus amigos. Que igual no eran muchos, solo Taehyun y Hyunjin, ser sociable no era lo suyo.