Carta No. 53

14 0 0
                                    

No contestes este mensaje. Léeme entre líneas y sí, hazlo. Créeme que sé que la respuesta que puedes darme. Lo que contestarás o lo que podrías decirme. Te conozco muy bien y me atrevería a jurar que estás siguiendo con tu vida de una forma mucho mejor de la que yo lo estoy haciendo. Y no tiene nada de malo. Al contrario, te felicito. Después de lo que pasó me gustaría poder aprender de tu actitud y que nada de esto te afectara y pudieras darte la vuelta como si no hubiera pasado nada. Como si no nos hubiéramos querido. Como si nunca nos hubiéramos amado.

Empecé a escribir sobre la historia de dos personas muy diferentes a las que conocí en su momento y generaron un antes y un después en mi vida. Lo hice con el propósito que un día pudieras leerme y supieras que no fue como siempre imaginaste. Pero a pesar de todo. La culpa siempre fue mía.
Son las 11:09 PM, a esta hora debería de estar dormido porque el día siguiente tengo responsabilidades que cumplir y seguir creciendo para lograr todo lo que me propuse, lo que siempre anhelé ser y poder compartir contigo. Y no ha Sido fácil. Ahí estás. Pensando que esto no estaba escrito para ti. Tu orgullo te hace pensar que está escrito para otra persona cuando no es así. Cuando Siempre fuiste la persona a la que más amé y con la cual me equivoqué.
Dormiré con la satisfacción que un día vas a leerme. Que un día vas a leer esta carta y vas a acordarte de lo que un día fuimos y que por una u otra cosa no pudimos ser.

Que triste es saber que ya no estás ahí. Pero a final de cuentas tuviste siempre la razón en hacer todo lo que me hiciste. No te culpo, me lo merecía y hasta el día de hoy me lo sigo mereciendo. Paso días imaginando el día en el que la vida conspire a mi favor y me permita poder tocarte de nuevo. No el cuerpo. Sino el alma. Que me permita arder contigo y quedarme ahí donde no muchas personas quieren quedarse. Hacer que tú corazón ya no se sienta triste y que recuerdes la razón por la cual un día me amaste con todo lo que tuviste. Así como yo también te amé cuando ya todo era tarde.

Te amé. Si. Te amo. Y va a pasar mucho tiempo en el que lo voy a seguir haciendo, estés o no estés. Te amé como muy poca gente quiere un día, con el miedo de que un día te ibas a ir pero directo a adentrarse a ver que tenía el día de mañana preparado. Te quise, quizá al principio porque significaste algo que para mí nunca tuve. Y me alejé por el miedo a que me hicieras esto. A qué fueras tú alguien que también me hiciera lo que todos me hicieron. Me equivoqué. Tomé desiciones completamente erradas. Sufrí las consecuencias de mis desiciones y cuando quise reparar todo el daño que había causado era tarde. Lamentablemente muy tarde.

Había querido que alguien se quedarán conmigo durante mucho tiempo, alguien que me entendiera y alguien a quien yo haya podido hacerle bien, alguien que se diera cuenta que de cien cosas malas que hago una me salga bien, y me apoyara a pesar de que todo el mundo día a día se me viniera encima. Y te encontré. Compartí muchas aventuras a tu lado y muchas experiencias que no se comparten con cualquier persona. Me enamoré y no sabía que lo estaba, hasta que llegó el momento de que entre todas las personas, eras diferente y brillabas por ello. Si te soy honesto, amé conocer tu cuerpo, sentirte cerca, conocerte detrás de todos esos complejos que pudiste tener a cerca de ti. Amé conocer la pasión que podría llegar a ser amar a la persona que amas. Amé el otro lado del amor, ese dónde quieres a una persona con deseo y sientes esa conexión a la hora de estar solo tu y yo. Y aprendí que podría desearte y querer que el tiempo se detuviera y que solo fuéramos tu yo yo. Y aprendí que si podíamos ser tu y yo y tener una conversación y también ser íntimos. Amé sentir el afecto en cada beso, y hacer sentir segura a alguien con un abrazo y que con un beso también me pudiera sentir bien y como en ningún otro lugar. Si te soy honesto Amé renovarme por buscar se mejor y agradarte, llevarme a otro nivel y que cada día mejorará para que no te fueras. Amé cada noche de rave y cada noche conversando hasta la madrugada. Amé el reto de tener que conquistarte y el tener que soportar verte unos minutos cada ciertos días o tener que soportar el cansancio y todo el estrés de muchas cosas y poder sacar tiempo de dónde no tenía para poder verte porque disfrutaba estar ahí, aunque estuviesemos en silencio. Pero contigo. Siempre contigo. Amé el renovarme porque muchas personas empezaron a tener una mejor imagen de mi. Y dejé de hacerlo solo por ti. Lo empecé a hacer porque estaba siendo mejor por mi. Cuando apareciste de nuevo tomé todo como una segunda y última oportunidad que tenía para poder darte aunque sea un poco de felicidad de la que muchos años me diste. En el Vaivén de ser y no ser. De ir y venir empecé a apreciarte más y a no querer que te fueras de mi lado. Pero no sé que te pasó. Nunca voy a olvidar el primero de enero. El sentirme tan feliz de nuevo, de exceder el parámetro de felicidad que creía y que el tiempo no se sintiera y estar ahí contigo. Ahí reviviendo mi corazóncito. Quise darte lo mejor y por eso te incluí en todo lo que pude, me prioricé de ti y no tuve otra meta que no fuera ser el niño de tus ojos de nuevo. Hice más de lo que me imaginé e hice esfuerzos extra para poder darte lo que realmente te mereces, aunque lo que te mereces valga más del que alguien pueda imaginar. Compartí de nuevo mi felicidad. Pero debí parar cuando entendí, comprobé y te comprobé a ti que incluso habías perdido hasta los pequeños detalles que te caracterizaban y te hacían ser tan única. Debí parar cuando te escribí toda una letanía diciendote lo que sentía y pidiéndote que te quedaras conmigo con palabras rebuscadas y con frases que te hicieran comprender que no quería que te fueras. Trate de mostrarte todo lo que era, trate de enseñarte quien realmente soy, trate de darte lo mejor cada día aunque cada día trajera nuevas sorpresas y cambios radicales. Te mostré lo patético que es mi corazoncito llorando de impotencia por saber que te había perdido. Te mostré el valor que tuve de terminar todo de frente. Te mostré lo fuerte que podía ser de querer abrazarte ese día que te entregué el sobre y contenerme porque no podía engañarme y seguir creyendo que era mutuo. Te mostré lo lindo que puedo escribir cuando realmente me siento feliz y lleno de ilusión. Te escribí cartas incluso sabiendo que ya te había perdido y que fuera lo último que pudiera darte para que, en días que te sintieras sola, me leyeras y supieras que hubo alguien que te amó con todo lo que pudo ser. Te entregué lo que significó para mí el detalle del cambio de mi vida. Eras tú la persona que más que cambió mi vida y siempre iba a querer o amar así pasarán los días, meses, o años. Te mostré escribiéndote que es lo único que me puede salir bien y que solo lo hago bien cuando se trata de ti.

Talvez fui una basura de persona. Porque cuando perdí todo no supe pensar y me decidí a la ligera por cosas que no tienen sentido. Fui una basura de persona que inconscientemente causó mucho daño. Fui una basura de persona porque tuve oportunidades para darte lo mejor de mi y no fue suficiente.
Amarte no solo significa querer tenerte conmigo, y que continuarás siendo infeliz conmigo. Te amé tanto que me olvidé de lo difícil que iba a ser vivir cada puto día sin ti.

Y te dejé ir...



EsperándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora