Carta No. 54

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¿Cómo te pido desintoxicarme de ti?

Me dijeron: "haz un nudo cuando quieras que algo ocurra y se desatará sólo cuando eso pase."

Siento que el nudo lo hicieron en mi, es decir, que mi cuerpo está doblado de tal manera que no puedo acomodarme, que no puedo des-hacerme, que no puedo desbloquear-me. Que mis escritos son letras perdidas que se encuentran entre sí pero que no logran armar un párrafo coherente, como éste. Cómo si fueran una sopa de letras que alguien intenta comer y de casualidad forma una palabra. Algo así siento mis escritos.

Y lo estoy intentando, y no sabes cuánto me cuesta des-hacerme, cuánto me cuesta a desatar-me. Aprender a hacer las cosas solo, a recuperar mi cuerpo y poder volver a vivir, a descansar, a dormir sin pesadillas. A habitar el mundo y no que el mundo habite dentro de mi. Pero no puedo, creo mundos paralelos dentro de mi donde soy tiránico, donde soy la parte del cuento que todos callamos. Donde el malo del cuento soy yo. Y al final me lo creo, soy el chico malo del cuento de hadas, el típico chico que le rompe el corazón al otro, la bestia que no sabe amar ni de cuentos, el que daña todo a su paso, que es tormenta, que es huracán y nadie ama los huracanes, soy el rostro que todos tapamos con máscaras para que no se vea, "soy el hombre que se pone frente a la mujer exitosa para sacarle su éxito." Soy el malo. Pero he de ser tan malo que siempre te voy a desear lo mejor del mundo.

Son tan malo que te regalo el éxito, que cuando te conocí no aspirabas ni a tenerlo, te regalo mi fama de dar buenos consejos, y mis amplias ganas de amar y de enamorarme del amor, te regalo mis brazos, para que abraces con ellos a todo aquel que rompiste a tu paso, menos a mi. Ni se te ocurra acercarte. Te regalo todo lo que te di, porque si alguna vez supe amar de esa manera, la vida me devolverá multiplicado lo que di, ¿O no?.

Pero a pesar de todo...

Me enamoré de tus miedos, porque de tu sonrisa cualquiera podría hacerlo y yo no te iba a querer como cualquiera.

Me enamoré de tus heridas, porque cada que las tocaba y todavía te escocían me acercaba a ti un poco más.

Me enamoré de tus cicatrices, porque eran el mapa del pasado escrito en tu piel, ahí tenias marcada la hoja de ruta para quererte, como tanto lo necesitabas.

Me enamoré, simplemente me enamoré.

Y cuando uno se enamora lo hace desde dentro, cuando uno se enamora lo hace de corazón a piel.

Pero ve y pídele a la persona con la que juegas a intentarlo esta vez a qué se enamore de ti como yo lo hice. Dile que se enamore de ti de esta forma. Pídeselo. A cualquier persona, sobre todo a la persona con la que le pusiste punto final a esto. Te invito a que se lo pidas. Ambos sabemos que esto no se pide. ¡Pero házlo! Qué yo te pido por favor no regreses cuando después de incontables días te des cuenta que nadie lo va hacer de esta forma como yo lo hice. Ni aunque se lo pidas. Ni aunque se lo ruegues.

¡Que la vida me perdone por no haberte dicho que te quería!
Y ojalá que mi amor no te duela en un futuro.

EsperándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora